𝐒𝐞𝐢𝐣𝐚𝐤𝐮 || Shuji Hanma X Oc

𝐈𝐕. 𝐕𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚

                                               [Rei]

—Tengo razón y punto.— Le dije a Yamagishi enfadada.

—Oh, sabes que no la tienes.— Me respondió con burla.

—¡El GTA Vice City es muchísimo mejor que esa porquería!— Exclamé defendiendo mi opinión a toda costa.

—¡¿Pero tú estás oyendo la tontería que estás diciendo?! ¡El GTA III es mejor!— Insistió Yamagishi. 

—¡Ja! ¿Será en tus sueños, verdad? Porque en la vida real no es así.— Respondí burlona. 

—¿Podéis dejar ya de discutir por eso?— Nos pidió Takuya cansado. 

Mi discusión con Yamagishi empezó cuando dijo que le encantaba jugar al GTA III, yo le dije que el GTA Vice City era mejor y así continuamos hasta ahora. 

Me colgué la mochila en la espalda y salí de clase junto a los chicos. Esperaba encontrarme a Hanma en la entrada esperándome para irnos, pero lo que me encontré fue algo muchísimo mejor: Mi moto. Estaba ahí estacionada esperando a que yo la montara, tan bonita y alucinante como siempre, oh, y también estaba mi hermano.

—Hola, bombón.— Me saludó mi hermano mientras me daba un abrazo dejando a los chicos boquiabiertos. 

—Hola, Natsu.— Le saludé de vuelta. Mi hermano se quedó mirando a los chicos por un rato. —Ellos son mis amigos.

Mi hermano los miro de arriba abajo, pero no dijo nada. 

"Solo espero que los chicos no reconozcan a mi hermano."

—Bueno, ya me has traído la moto, te puedes volver a casa.— Le dije mientras le empujaba por la espalda tratando de que se fuera lo más pronto posible. 

—No, no me voy a ir hasta que hablemos.— Sentenció mi hermano mayor mientras hacía fuerza para que no lo moviera.

Solté un soplido y me despedí de los chicos para montarme en la moto con mi hermano y dirigirnos a una cafetería. 

Conocía a mi hermano, lo más seguro es que quisiera hablar con tranquilidad, dudo que se haya enterado de lo que pasó con esos chicos de la ToMan.

Llegamos a la cafetería y pedimos la comida, nos sentamos en una de las mesas y mi hermano comenzó a hablar.

—¿Como has estado?— Me preguntó amablemente.

—Oh, ¿Te refieres después de apartarme de mi pandilla y mis amigos? Bien, ¿Y tú?— Respondí con una falsa sonrisa. 

—No he venido a discutir, Rei.— Dijo Natsuki serio.

—Está bien, ¿A que has venido?— Le pregunté sin rodeos.

—A asegurarme de que no rompes ninguna de mis reglas.— Confesó como si nada.

"Genial, viene a controlarme."

—Bien, ¿Y se me acusa de algo?

—No, todo está bien, ¿verdad?— Preguntó mirándome fijamente. 

—Si, todo está bien.— Respondí con tranquilidad.

—Como ya sabrás, hay varias pandillas en Tokyo, como la famosa Tokyo Manjikai.— Cambió de tema mi hermano repentinamente.

—No me voy a unir a la Tokyo Manjikai, Natsu.— Le dije mientras le daba un sorbo al batido de vainilla que me acaban de traer. —Y ahora que sacas el tema de las pandillas, ¿Quien es la rata asquerosa que me ha quitado el puesto?— Escupí con tranquilidad.