La rubia caminaba con nerviosismo de un lado a otro. Tenía una libreta en la mano, tenía, porque en algún momento la arrojó hacia algún lado, y ahora las manos se paseaban de su cabello a su boca y viceversa.
Vaggie solo observaba con preocupación, y ahora teniendo ella la libreta. Dentro de ella se podían en ver tachones, diferentes estilos de tipografía, palabras más remarcadas que otras, oraciones no terminadas, dibujos que no llegaban a nada y eso solo la alarmaba.
Desde hace unos días que la princesa del infierno estaba extraña, todos en el hotel lo habían notado, pues a pesar de mantener su típica sonrisa, que en realidad parecía más una mueca, la actitud de la demonio era diferente a lo usual, no era positiva y entusiasta, así que no les fue difícil saber que algo estaba pasando, la pregunta era, ¿qué estaba pasando?
Habían intentado descubrirlo de diferentes maneras, iniciando por lo más obvio, preguntarle a su novia, quien no supo darles una respuesta, pues tampoco sabía con exactitud que era lo que pasaba y que al igual que ellos no había logrado obtener nada que resolviera toda la situación.
La curiosidad por parte de los huéspedes del hotel solo aumentaba, incluyendo al demonio de la radio, Alastor, el cual en un inicio no le prestó mucha atención, pero al notar que realmente algo estaba atormentado a la princesa no pudo evitar sentirse interesado.
Y todo eso nos lleva a la situación actual.
— Charlie, amor —se acercó a ella— ¿qué está pasando?, desde hace unos días estas así, tu libreta esta repleta de cosas que no entiendo —su tono era de preocupación— cielo, confía en mi.
— Confío en ti Vaggie, demasiado, es solo que...esto es diferente —mencionó, mirándola por primera vez. Se sentía terrible por no contarle, quería hacerlo, pero no sabía de que manera.
Suspiró tomando las manos de su novia. — Amor, no voy a juzgarte, —dijo con una sonrisa, tratando de tranquilizarla, para que de esta manera ella hablara— solo dime lo que sientes y...
Charlie la interrumpió. — ¿Qué dijiste?
— Que no voy a juzgarte.
— Lo último que dijste —aclaró, de una forma algo impaciente.
— Que me dijeras lo que sientes y...
De nuevo no la dejo terminar. — ¡Eso es Vaggie!, ¿cómo no lo pensé? —y como por arte de magia había vuelto a su actitud habitual, pues estaba dando algunos saltitos y su típica sonrisa ya estaba bien plasmada en su cara— solo necesito escribir lo que siento, gracias Vaggie, eres la mejor —la abrazó con fuerza, para después buscar hojas y lápiz. Y con eso empezar a escribir sin parar.
La de la equis rosa solo miraba confundida, sin moverse y decir algo, procesando lo que había pasado, especialmente el cambio drástico de actitud de su novia, tantos días para que al final todo se solucionara como unas palabras. No obtuvo la razón por la cual todo inició, que era lo que más esperaba, pero si consiguió que Charlie regresará a la normalidad.
— Realmente no entiendo que esta pasando.
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La habitación estaba oscura, lo único que producía luz era una pequeña lámpara que se encontraba a un lado de la gran cama.
Se frotó los ojos un poco, mientras se estiraba y bostezaba. Miró de un lado a otro, notando que era la única en la habitación, pero sintiendo como anteriormente alguien había entrado y salido sin hacer ruido, lo cual confirmó al notar como en la mesita donde estaba la lámpara se encontraba una taza que supuso tenía café, lo que parecía ser un sobre y una nota.
Estiró el brazo algo desganada, tomando la taza junto con la nota. Disfrutó un poco de aroma tan agradable del café, dejando que este entrara por completo a sus fosas nasales antes de dar el primer sorbo. — Esta delicioso —afirmó dando una sonrisa. Pasó la taza a su mano libre, y con en la otra dejó la nota, acomodándola de tal manera en la que pudiera leerla, no quería aumentar el nivel de luz que producía la lámpara.
Negó y rodó los ojos con diversión durante el primer párrafo, para así enfocarse en lo que decía el siguiente, pues este tenía una palabra subrayada y eso no era algo ta común en sus notitas. Dio otro trago, moviendo un poco la cabeza para poder apreciar el sobre de un bonito color rojo, y que de alguna manera parecía estar ¿brillando?
De nuevo estiró el brazo con la nota, intercambiando la nota por el sobre. Alzó la ceja al sentir como este pesaba, no mucho, pero si pesaba. — ¿Qué tanto tendrá dentro?
Se acomodó mejor en la cama, de tal forma en la que pudiera estar donde estuviera lo mejor alumbrado. Una vez cómoda examinó un poco el sobre, sintiendo mejor los detalles, sobre todo el sello de cera, le era familiar, pero no sabía de donde. Con algo de pena e intentando ser lo más cuidadosa rompió el sello para así revelar el contenido. Contenido que no pensó fuera tanto.
— Voy a elegir esta —dijo sacando la hoja que más le había llamado su atención y la que parecía ser la que tenía la mayor cantidad de brillantina , ahora tenía sentido ese brillo que noto y que ya era parte de su cama. Le dio una mirada rápida antes de leerla, notando principalmente lo que parecían ser manchas, como si alguien hubiera llorado mientras la escribía.
Un segundo , ¿alguien lloró mientras la escribía?
Empezó a leer con rapidez, analizando cada palabra que estaba escrita, la caligrafía usada, todo, todo lo estaba analizando. — Esto no puede ser...de verdad es real —murmuró, soltando y pasando esa mano por su cabello, dando un gran sorbo a su taza.
Contuvo su risa, para no escupir el café. Ese sobre no contenía solo hojas, contenía peticiones, que tenían el mismo propósito y que estaba segura que la llevaban al mismo lugar. Lugar al que no había imaginado regresar, al menos no hasta después de un largo tiempo.
— Hotel Hazbin, ¿eh?
Era momento de viajar el Infierno.
dato del capítulo! Charlie envió 10 hojas en total y todas tenían dibujos coloridos :)
La lámpara tiene forma de patito, con eso les digo todo
¿Qué tal el capituló?, ideas, comentarios, opiniones 👉
