Inesperadamente esperado

220 35 5
                                    

"Buenas noches, estoy bien. Puedes verme en "Paradise Manor" en cualquier momento, solo avísame cuando estarías viniendo." 

Después de que ese mensaje llegó. Podía ver que San Lang seguía escribiendo. Xie Lian espero pacientemente a ver que más tenía que añadir. Al final lo que llegó fue la dirección del lugar, y eso era bueno, porque Xie Lian no sabía que era "Paradise Manor" o donde se encontraba. 

"Estaré allí pasadas las doce, muchas gracias"

Xie Lian respondió con rapidez sin siquiera verificar que era el lugar. Esa noche acabo su trabajo mucho más rápido de lo normal para poder encontrarse con San Lang. Llevaba consigo los fajos de dinero y aunque sabía que su intención era solo devolver el dinero, no podía evitar sentirse algo emocionado. Quizá era porque había pasado mucho tiempo desde que no se reunía con alguien que no había conocido en alguno de sus muchos trabajos.

Xie Lian sentía que San Lang se le hacía familiar, tal vez por eso de manera inconsciente había confiado fácilmente. Parecía que esta sensación provenía de una memoria muy antigua. Quizá había sido antes de que aquello ocurriera. Antes de que su vida se volviera la que era ahora. Esos tiempos donde todo era tan claro y limpio. 

Esa etapa de su vida donde si se encontraba asustado o triste, podía correr a refugiarse en los brazos de su madre pidiendo mimos, besos y abrazos. Cuando sus mayores problemas eran los regaños de su padre por no actuar de forma más madura o ser algo quisquilloso con la comida. Esos momentos de su vida cuando creía ilusamente que las amistades duraban por siempre. Aunque muchas veces estaba siendo egoísta. Pero no tenía que esperar que en cualquier momento las personas que lo rodeaban o los lugares a donde iba sean afectados negativamente por su presencia.

 Aquel momento donde pensaba que podía conseguir cualquier cosa que deseará si se esforzaba lo suficiente. Cuándo aún no conocía las carencias, el miedo real, o los engaños. Eran recuerdos que no deseaba que sean recordados con dolor de lo que había perdido. Por eso mismo, se negaba a pensar en ello. Esas memorias se volvían tristes porque no podía volver al pasado, ya no podía correr a los brazos de su madre o escuchar los consejos de su padre. No podía tener ilusiones o sueños. También se pondría a pensar sobre lo que pudo hacer para evitarlo, o que pudo hacer después para no terminar así como ahora. 

Xie Lian odiaba recordar malos momentos. El problema era que sus memorias más felices estaban mezcladas con esos recuerdos. Había llegado a un punto donde ya estaba adormecido y ya nada podía aterrarlo al mismo nivel que antes. Y en alguna parte de sí aún tenía la patética esperanza de que quizá si soportaba lo suficiente finalmente podría vivir tranquilo. Pero justo cuando eso parecía ocurrir él volvía a intervenir. Pero seguiría soportándolo, no volvería a caer en sus garras, no de nuevo. 

San Lang tenía algo que lo hacía pensar solo en aquellos buenos momentos. Esa actitud de darle algo sin ningún otro pensamiento, ninguna insinuación más allá o buscando algo. ¿Qué beneficios podría conseguir San Lang de él? Ya no tenía nada para dar a los demás, hace mucho lo había perdido y pasaba su vida tratando de sobrevivir. Y por eso la actitud de San Lang le había causado curiosidad. Y al mirar aquel ojo visible, esa mirada que parecía transportarlo de alguna manera a tiempos mejores. No podía evitar querer acercarse más. 

Xie Lian sabía que debería mantenerse alejado, quizá deshacerse del dinero y borrar cualquier vinculación con San Lang que aquel hombre pudiera encontrar pero no podía. Se sentía renuente a hacerlo, tal vez por eso si lo iba a hacer, quería tener una última conversación con él. Aunque San Lang había ido a la cafetería donde trabajaba y eso no podía ser una coincidencia y Xie Lian lo sabía. 

Esa curiosidad y anhelo que tenía por aquel chico de parche que le recordaba de alguna forma a su hogar, era lo que lo había llevado a Paradise Manor... ¿Un casino? Xie Lian estuvo parado unos momentos fuera del lugar, había podido escuchar la música desde un par de cuadras atrás. San Lang no parecía ser un apostador empedernido. Así que Xie Lian estuvo algo curioso por el lugar de reunión.

El Basurero y el Narco [Hualian AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora