Capítulo 1

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Carla Walton.

Esto es una tortura, esperar saber qué será de mi vida, es el peor sentimiento, siento que soy un náufrago a la deriva, que se muere lentamente esperando que lo rescaten del espejismo. Entender dolorosamente que me consideran un bicho raro por tener autorización para salir del internado a mis veinticinco años, es todo un revuelto en este mundo. Todos siguen su vida dictada a los dieciocho años, pero en mi caso no fue así. Me consideraron alguien defectuoso, que no entendía las reglas.

Actualmente, las entiendo, pero no completamente, pero puedo actuar como si el Lorem fuera lo más sagrado en mi vida y eso es lo mejor de adoptar una personalidad que no tiene que ver con tu propia esencia y eso es la verdad de ser un buen jugador en esta vida. Debo esperar que el Lorem de tercer nivel termine de deliberar y puedan tener una respuesta favorable para mi vida, pero no...

—Señorita Müller, ingrese a la sala por favor. —me dice el director del internado, un hombre un poco más bajo que yo, pasado un poco de peso, ojos color café, con notorio signo de calvicie y bigote negro con toques blancos, debido a su edad avanzada de setenta y dos años, su ropa de vestir totalmente negra con el logo del internado en amarillo pálido en el bolsillo de la chaqueta. Junto a su carácter tan agrio como un limón podrido. Él me indica la silla al frente de ellos, sus colegas que tiene el papel de jueces junto a él, los cuales son similares a él físicamente, pero uno tiene el cabello rubio con canas y un lunar de sangre en la cara, mientras el otro no tiene barba, pero sí abundate cabello blanco en una coleta baja, estos tres hombres tienen las vibras de las Moiras, solo qué versión masculina—. Hemos decidido de manera unánime que lo mejor para usted, es estar casada con el señor Walton.

—Entiendo. —menciono de forma calmada, aunque no tengo ni idea de quién es ese señor que voy a casarme o ya estaré casada, tomando en cuenta cómo actúa el sistema; hacen las cosas sin avisar. Solo trato de esperar que prosigan por pura educación.

—Debido a sus genes, evaluamos que es favorable tener descendencia. —Toma una pausa y prosigue—. Referente a su profesión, no se considera necesario que siga el legado de los Müller, sino el de su esposo, el señor... —Es interrumpido, por un agente del internado que le comunica algo de suma importancia, pero es imposible escuchar, debido a que es expresado a voz baja.

—Puede retirarse señorita Müller. —me dice el integrante del Lorem de caballo blanco en una cola baja y me expresa la orden como si fuera una amenaza que escuchara lo que hablan como viejas chismosas. Mientras me entrega un sobre con la información referente a nueva mi vida—. En una hora vendrá por usted.

—Gracias. —digo por educación y me retiro rápidamente.

Después de un par de minutos me encuentro en mi habitación que contiene un pequeño escritorio caoba, libros de historia viejos, un reloj y pequeño calendario en la pared que marca doce de febrero de dos mil veinticinco y una cama individual donde hasta esta mañana era mía. Toma asiento en la misma, mientras voy revisando con detalles lo que contiene el sobre. En este caso contiene una copia de un acta de matrimonio entre Carla Müller y Cristóbal Enrique Walton, siendo mi nombre ahora Carla Walton, de cierta forma suena raro dejar de ser Müller, para ser Walton.

También encuentro un documento donde menciona que seré ama de casa y daré a luz al primogénito este mismo año. No es mi actividad favorita quedarme en casa y ver que todo marche bien, pero es lo que me toca en esta vida, aunque espero poder querer y cuidar a mi hijo como no tuvieron la oportunidad mis padres, debido a su repentina muerte. Lo que más me enfurece es que deseen encerrarme durante el resto de mi vida en una casa, cuando tengo las capacidades para ejercer lo mismo que mis hermanos.

Todavía los extraño y añoro mucho, son mis hermanos mayores y única familia hasta esta mañana, mi último recuerdo de ellos es cuando tenía seis años y llegaron a casa tres días después de mi cumpleaños, para vivir como familia, el detalle es que yo fui quitada de la ecuación, para terminar en este internado. Pero de nada vale la pena lamentarme, solo me queda jugar siendo la marioneta perfecta que el Lorem necesita, aunque en algún momento saldré de este maldito juego.

Observo el reloj en la pared y me doy cuenta de que solo falta media a hora para que vengan por mí. Así que procuro terminar de guardar en el bolso lo poco de mis pertenencias en la habitación. Nunca se me permitió tener muchas cosas, para que no fuera apegada a nada, sino que fuera más bien el juguete de alguien más. Mientras me pregunto quién será Cristóbal Enrique Walton; el apellido corresponde al nivel cuatro del Lorem, pero no tengo ni idea de quién será ese hombre.

Pero recuerdo que hace años leí en un libro de historia referente a un sujeto llamado Cristóbal Walton que logró acabar con un gran número de rebeldes, pero es imposible que sea esa persona, puede ser que sea un descendiente debido al apellido, pero nada más. Al final no tengo ni idea si es un joven, un viejo verde o un monstruo destinado para mí. Solo cuento con un nombre, que no arroja nada más que preguntas al aire.

Mientras sigo en mis pensamientos, viene un agente físicamente muy común a todos los oficiales con traje completamente negro y en el bolsillo de la chaqueta tiene un círculo amarillo pálido con la palabra Loren en el medio, indicando que es el símbolo del internado. Él me escolta fuera del internado, ya que un chofer vestido con un traje negro con una camisa blanca, de raíces latinas de aparentemente cincuenta años vino a buscarme para llevarme a mi nuevo y reconfortante hogar, lo cual es una falacia en todas las letras, solo me alegra haber salido de esta cárcel, donde todos somos tratados como experimentos, que no conocen su propósito en este maravilloso infierno en 3D, llamado vida, que de dulce no tiene nada, solo es un purgatorio para pagar algo que ni siquiera se conoce, con la promesa de ser mejor en el inhóspito futuro, que no tiene nada de esperanzador en esta vida. Lo único que da un poco de aliento es poder buscar la manera de no volver a jugar, sino salir del hermoso sistema creado por ellos, el Lorem.


Nota: primer capítulo publicado, lo arreglé un poco, ahora es un poco más largo, cualquier error me avisan please 

Romper el Sistema (Borrador)Where stories live. Discover now