Pensamientos

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Las pálidas manos del danés viajaban a su ruborizado rostro en busca de apaciguar el calor que sentía. ¿Qué le pasaba? No era correcto imaginar a Yoshimar de esa manera. Sin embargo, no podía evitarlo. Sería ridículo negar que su amigo era ardiente.

Oliver no apartaba la vista del reloj de su teléfono, ansiaba que los minutos corrieran y llegara la hora indicada para visitar al chalaco en su habitación.

Se sentía sucio, yacía sobre su cama cubierto por una delgada sábana mientras fantaseaba con su compañero de equipo. El rubio mordió sus labios al notar el bulto que resaltaba en su entrepierna; estaba erecto y su cuerpo deseaba satisfacer sus deseos sexuales.

Oliver dejó escapar un gruñido de placer mientras su mano ansiosa encontraba el camino hacia su erección, cediendo a la lujuria que lo envolvía. Con un gemido ahogado, separó levemente las piernas, entregándose al éxtasis creciente que lo consumía.

Sus dedos, como cómplices traviesos, acariciaron cada centímetro de su pene, provocando oleadas de placer que lo inundaban por completo. Se preguntaba si sería capaz de mirar a Yoshimar a los ojos luego de haberse tocado pensando en él.

El danés no podía seguir negando su atracción hacia el mediocampista, le prendía su piel morena y su sonrisa seductora. Jamás había sentido algo así por un hombre, Yoshimar lo tenía babeando como un adolescente experimentando su primer amor.

Oliver gimió y cerró los ojos en busca de profundizar sus fantasias. Su cuerpo pedía mayor atención, fue así que en cuestión de segundos se deshizo de la sabana y bajó su ropa dejando así al descubierto su hombría.

Su mano recorrió su pene y lo hizo suspirar de alivio. El rubio le dió rienda suelta a sus deseos y comenzó a masturbarse.

Su mente proyectó una imagen erótica de Yoshimar, cosa que hizo enloquecer al futbolista. Se daba placer con rapidez mientras gemía el nombre del chalaco.

Oliver sentía sus latidos incrementar a cada segundo y apretaba las sabanas en busca de soporte. Su agitación incrementó y finalmente sucumbió al torrente de éxtasis, llegando así al orgasmo.

Suspiró y soltó una risa suave al contemplar el desastre en su cama.

—My bad... — musitó el rubio y se apresuró en levantarse de la cama.

Quitó sus sabanas manchadas y las colocó en una esquina de la habitación, acto seguido se adentró en el baño y se duchó.

Oliver se peinó y se vistió con unos shorts negros y un polo del mismo color, asegurándose de verse bien antes de retirarse en dirección al dormitorio de Yotún.

Miró por última vez la hora en su teléfono, alegrandose porque estaba justo a tiempo. Aceleró su paso mientras se dedicó a peinar un poco su cabello, quería verse perfecto para el mediocampista.

Y cuando finalmente llegó, sus oidos le alertaron de algo terrible. Había alguien más en el cuarto de Yoshimar. ¿Pero quién? Oliver apretó los dientes con furia y tocó la puerta.

—¡Oliver! Pasa — saludó Grimaldo, muy animado.

El danés trató de fingir una sonrisa y falló grotescamente en el intento.

"Claro, primero casi me mata de un pelotazo y ahora arruina mi momento con Yoshi" pensó.

—¡Mano! Pasa, estaba hablando con Joao sobre los partidos que tendremos con Cristal. Jugamos juntos — dijo Yoshimar con una sonrisa.

Oliver tembló y cayó rendido ante esa sonrisa que tanto le gustaba. Ingresó a la habitación y se sentó junto a ellos. Él fingía entender todo lo que decían y asentía cuando le cuestionaban algo.

Al pasar de los minutos la conversación entre ambos morenos se apagó y Joao se lanzó sobre Yotún para despedirse. Entre risas y frases indescifrables para Sonne, Grimaldo abandonó la habitación.

El ojiazul escuchó la puerta cerrarse e instantáneamente clavó sus ojos en Yoshimar.

—Joao y yo jugamos en Cristal. Es el club de mis amores mano, debes venir a vernos pe — exclamó el chalaco golpeando el brazo del danés.

Oliver asintió y acto seguido posó su mano sobre la de Yoshimar. El chalaco levantó una ceja y observó danés en busca de una respuesta.

Tú decir que necesitas distraerte. Yo también quiero — habló el rubio.

Y antes de que Yoshimar pudiera articular una palabra, los húmedos labios del rubio lo habían envuelto en un beso apasionado.



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offside | oliver sonne x yoshimar yotúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora