Félix llevaba cuatro días ignorándome ¿Qué se cree?, sabia perfectamente que me tiene a sus pies.
- ¿Hiciste la tarea de organizacional? – me dice Olivia sacándome de mis pensamientos.
- Claro que la hice. – No la había hecho por estar llamando a Félix todas las noches y llenar su buzón de voz veinticuatro siete.
Ya me cansé de esto, esta noche iría a su habitación y aclararía las cosas con él.
10:00 pm.
Tomé una linterna y entre por la habitación de mi amigo Mariano y así poder estar dentro de el edificio de los chicos.
Al llegar a la puerta de la habitación de Félix, me abre y estaba semi desnudo, solo con los bóxeres, se le notaba que había estado haciendo algo y no era dormir o hacer tarea.
- Hola. – Apenas pude decir.
- ¿Pasa algo? – Esa no era la respuesta que esperaba.
- Yo vine para hablar contigo. Me has estado ignorando durante todos estos días. ¿Hice algo mal?
- Entra.
Entre a su habitación y cerró la puerta, ya dentro de su habitación me acorraló en la puerta con los brazos a los costados de mi rostro.
- Quieres saber por qué me comporte así contigo, bueno. Yo no estoy para algo serio, no busco algo serio, tu y todas las demás chicas que me follo son solo eso para mí, sexo y ya y si vuelvo a follar con una de ellas es porque me gusto su culo, tiene lindas tetas o se mueven muy bien y si no volví hablarte es porque ya no quise tener sexo contigo, rosabas mucho los dientes cuando me la chupabas y eso no es sexy.
- Eres un patán. – Quería darle una cachetada, pero me tomo de la muñeca antes que pudiera dársela.
- Si te esfuerzas, puedes tenerme, pero ten claro algo. Yo solo te veo para follar y ya, si decides echarle ganas, te recomiendo verme de la misma manera. Cada chica con la que he tenido algo han venido igual que tú, pensando que yo quiero algo serio con ellas, lo cual no es el caso como puedes ver, si quieres follar, follamos. Quieres una relación, no soy lo que estas buscando.
- Bueno. – Quería salir corriendo de ahí, pero verlo de esta forma me lo impedía.
El tipo acaba de decirme que solo me ve como objeto en donde meter la polla, se que no estoy para eso, pero quiero tenerlo de una forma u otra, Félix es una droga para cualquier chica de Stanford, incluso para hombres, creo.
Dejo caer la linterna al piso y me arrodillo, bajo su bóxer y me lo introduzco en la boca, asegurándome de no rozar los dientes como me había recalcado el infeliz este.
Mis ojos comienzan a lagrimear, tomo su mano izquierda y hago que me tome del cabello como una coleta y que me empiece a empujar la cabeza y es ahí donde comienzo a tener ahorcajadas.
- SIIIII…!!! Te aseguro que así voy a follar tu coñito húmedo.
Félix tomaba mi cabeza más fuerte y sentía su polla en mi garganta, mis labios estaban chocando su pelvis. Félix era un chico muy bien dotado y no solo me refiero a lo inteligente.
Cuando me quedé sin aire saqué su polla de mi boca y lo pude mirar mejor, estar mirándolo desde abajo era mas excitante que tener toda su polla atravesándome la garganta.
- Que buena chica eres e inteligente. Escogiste la primera opción. - Me tomó de la mandíbula y me paré. – Ahora quiero que te desnudes para mí, ya no aguanto que me palpite tanto la polla y no poder metértela.
Me quité los jeans, la camiseta que llevaba y mis zapatos, quedando en ropa interior.
- Dije, quítate todo o quieres que te lo rompa, a mi no me importa y creo que te queda claro.
- Si...
¿Qué se cree para hablarme así?
- ¿Quieres volver a sentirme sin nada? – Se refería al condón y la verdad es que si, no me importa nada ahora más que sentirlo dentro de mi.
- Quieres que te lo pida ¿verdad?
- Por supuesto, no soy adivino.
- No me importa usar protección, confío en ti. – Félix es de las personas en las que menos tengo que confiar, pero es mi excitación quien responde ahora por mí.
Al tenerme en su cama ya totalmente desnuda, abrió mis piernas, uno de sus codos estaba al costado de mi cabeza , con la otra mano escupe en su mano e introduce en poco de saliva por mis pliegues húmedos y deseantes de su polla. Siento como su enorme polla entra en mi, de repente las piernas se me abrieron un poco más para poder sentirla por completa, pero creo que eso no iba ayudar mucho ya que Félix estaba muy bien dotado.
- Ya sabes donde me gusta que pongas tus hermosas piernas…- A los hombros obviamente.
Jadeo más ya que siento que entro por completo.
- ¿Te duele? – niego con la cabeza.
- Que bueno porque ni si quiera entró la mitad.
- Oh por Dios…¡Siiiiii!
- Gime mi nombre maldita perra, de aquí no te van hasta que cada centímetro de mi polla haya estado dentro de ti.
Definitivamente iba a salir de aquí arrastrándome, pero es el premio o castigo de coger con Felix.
La boca se me secaba de tanto gemir su nombre, escuchó que paré y me dio la vuelta, me tomo del rostro con una mano y me escupió en la boca.
- ¿Ahora si? – Asiento tragándome su saliva.
- Hazlo mas fuerte por favor, no pares. Por favor Félix.
Estaba a nada de venirme, sentía que con cada embestida Félix me perforaba los órganos, pero estaba siendo la mujer más feliz del mundo. La polla de Félix estaba por completo dentro de mi, me folló por todas las zonas disponibles de su habitación y hasta en las que no se podía.
- ¿Te gusta asi? Te gusta sentir como mis pelotas chocan tu culo. Dime que te gusta. Eres una zorra. Mi zorra ¿Me entendiste? – Aclaro jalándome del cabello y al ver que no respondí, lo volvió a repetir jalándome el cabello más fuerte esta vez. - ¿Dime que me entendiste?
- Soy tuya…
Me vine, empapé todo el suelo de la habitación.
- SIIII… Córrete para mi, hazlo así. Me viene tanto que mientras lo hacia Félix me metía los dedos más rápido hasta salpicar su pecho.
Volvió a follarme y acabó corriéndose en mi boca y yo de rodillas sin desperdiciar ni una sola gota.
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