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Sunghoon jugaba con sus pequeños dedos debido a los nervios que tenía y por pequeños momentos veía al alfa que tenía a su lado.

Heeseung veía el cielo estrellado para evitar ver al omega y hacer algo de lo cuál pudiera reclamarle. No estaba ebrio porque en ningún momento bebió pero por obvias razones su lobo estaba demasiado tranquilo y relajado debido al aroma de Sunghoon.

El alfa no quería hablar porque tenía miedo de decir algo que pudiera poner aún más incómodo el momento. El viento les pegaba en la cara a ambos y eso provocaba que sus olores fueran percibidos con más claridad.

- Hace mucho frío, ¿no crees? - El omega fue el primero en hablar.

El alfa se quitó su chamarra colocándola sobre los hombros ajenos aunque sabía que se moriría de frío después.

- Gracias. - Susurró Sunghoon muy bajo.

Heeseung asintió tosiendo y nuevamente vio hacia el cielo pero unas gotitas frías de agua tocaron su pálida piel haciendo que arrugara el ceño. Apretó los labios para no quejarse del frío que estaba sintiendo de pronto, toda aquella llama que incendiaban su cuerpo se iba apagando poco a poco.

Hace frío, no podemos morir congelados aquí, humano idiota. El lobo de Heeseung estaba haciendo presencia pero no se podía permitir ser débil porque aún tenía una imagen que mantener.

- Lo mejor será que entremos. Mis padres dicen que se soltó una tormenta y no llegarán hoy, buscarán un hotel donde quedarse y ya está comenzando a llover.

Sunghoon guardó su celular luego de comentar aquello y rebuscó entre su pequeña bolsita la llave de su casa para entrar y resguardarse de la lluvia.

Mentiría si dijera que no tenía miedo de estar en un lugar encerrado con Heeseung porque ambos estaban en celo y aunque aún podía soportar un poco antes de que su propio lobo tomara control sobre sí, temía por lanzarse sobre él y restregarse para marcarlo con su olor, así ningún omega se le acercaría al alfa.

Se maldijo de solo pensar eso y mejor se apresuró en abrir la puerta. Cuando lo logró, el alfa se quedó parado en la puerta empapándose a causa de la lluvia.

- Entra, vas a enfermarte si sigues ahí fuera. - El omega se hizo a un lado para que el alfa pudiera pasar pero solo escuchó una risa dolida.

Heeseung mordió su propio labio soltando un suspiro después. - Lo mejor será que me vaya a casa, estarás seguro aquí si no le abres a nadie y cierras todas las puertas.

- No puedo dejarte ir así con esta lluvia, no soy una mala persona. - Le respondió el menor.

- No sería la primera vez que camino bajo la lluvia a causa tuya, descuida. - El alfa hizo una reverencia pero antes de que se apartara, la fría mano del omega lo tenía tomado del brazo.

- Quiero que te quedes aquí conmigo, me da miedo estar solo. - Las mejillas de Sunghoon se volvieron rojizas de solo decir aquello.

Los lobos de ambos estaban brincando de emoción porque querían estar juntos pero para ellos, sus humanos eran muy torpes y solo los separaban más.

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Ambos estaban tomando chocolate caliente para calmar un poco el frío. Sus aromas se mezclaban de una buena manera haciendo que la casa se llenara de esa mezcla extraña pero linda.

Pasó solo un minuto cuando un ronroneo se escuchó y ambos brincaron asustados.

Sunghoon por ronronear tan fuerte y delatar lo cómodo que se sentía y Heeseung porque estaba sorprendido, eso lo había alterado y no es como si no hubiese escuchado ronronear antes al omega, es solo que ahora era un poco diferente porque sus instintos estaban en alerta a todo lo que pasara.

Ambos rieron por aquello logrando que en vez de que siguiera ese incómodo silencio, sus voces llenarán ese vacío sepulcral que los tenía con los nervios altos.

- Creo que lo de tu celo solo fue un pequeño susto, ¿no? Tal vez el momento, tantos olores en un solo lugar y muchas hormonas locas. - El omega dejó su taza sobre la mesa poniendo sus manitas sobre su regazo.

- Tal vez. - El alfa se encogió de hombros dejando por igual la taza en la mesa de madera. - O quizá está en un viaje astral con tu olor.

- No me culpes por tu tontas adicciones. Tú solo buscas cualquier oportunidad para drogarte con mi olor.

- Entonces deberías cambiar tu feo olor a uno mejor. - Aunque aquello había sido una broma, dio directo en el corazón del omega.

Claro, Sunghoon ya estaba acostumbrado a recibir demasiadas críticas por su olor pero él no tenía la culpa de haber nacido así.

- Daría todo por cambiar ese aroma y tener uno más atractivo, créeme que lo haría si pudiera. - El omega no se dio cuenta en qué momento había empezado a llorar de solo recordar las constantes burlas que había sufrido desde niño, incluso de su misma familia.

- No, Sunghoon, no quise decir eso. - Heeseung quería enterrarse vivo en ese preciso momento por ser tan idiota. - Yo...

- Pero lo dijiste y bueno, estoy acostumbrado a recibir ese tipo de comentarios. - Sunghoon intentó limpiar sus lágrimas pero seguían cayendo de tanto que se había contenido en esos años, lo que había pasado con Heeseung y su adelanto con el celo. Todo eso lo ponía más sensible.

- Ven acá. - El alfa lo llamó estirando las manos una vez que se apartó de la mesa y así el omega pudiera sentarse en su regazo.

Con rapidez, Sunghoon se sentó sobre las piernas del alfa abrazándose con fuerza a él sin ganas de dejarlo libre y tampoco es como si este se fuese a quejar o a bajarlo.

Heeseung tomó la cara del menor entre sus manos y con delicadeza limpió las lágrimas que seguían empapando ese hermoso rostro. Quería que dejara de llorar pero él no era bueno dando ánimos y la última vez que lo había hecho, fue cuando Sunoo lloró y él le dio una palmada en la espalda que hizo que llorara aún más por la fuerza que había usado.

No podía seguir sin hacer nada y solo pudo dejar besos en sus mejillas, esperando no ser rechazado y cuando logró hacer que se calmara (lo cual no duró mucho tiempo), juntó sus frentes pudiendo respirar con normalidad.

- Heeseung. - La dulce voz de Sunghoon entró por sus oídos y fue directo hacia su entrepierna porque pareciera que en ese momento su lobo recordó que había entrado en celo.

- ¿Mmmh? - No quería hablar porque temía que su voz delatará cómo empezaba a sentirse.

- Bésame.

Lee abrió sus ojos con sorpresa. Esperaba todo menos que le dijera eso.

Nunca se habían besado y no quería hacerlo si sabía que su lobo podía descontrolarse en cualquier momento.

- No, Sunghoon. Estamos en celo y cualquier movimiento o acción, hará que esto termine de otra manera.

El alfa intentaba ser cuerdo pero sin duda el omega no cooperaba porque lo vio como un pequeño cachorro suplicando.

- Te doy permiso, alfa. - Los ojos café del omega veían con seguridad los del alfa.- Tienes mi permiso para tocarme.

Esas palabras fueron suficientes para que toda la cordura que intentaba guardar Heeseung, se fueran por la borda.

Ya no eran solo ellos, también sus lobos estaban en sincronía con ellos y deseaban sentirse más allá de ese simple abrazo.

𝐎𝐥𝐨𝐫 𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐡𝐮𝐚𝐧𝐚 ✿ heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora