🌀 CAPÍTULO 27 🌀

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Elizabeth

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Elizabeth

Sentía su cuerpo demasiado pesado como para moverse, pero se estaba moviendo de alguna manera, alguien la estaba llevando por los brazos, con dificultad abrió sus ojos, su vista muy era muy borrosa parpadeaba para poder enfocar bien y la luz del medio día le hizo que le punzara la cabeza. Miró a los dos piratas que la llevaban por los brazos, eran demasiado altos y muy fuertes. Uno tenía el cabello rojo y rizado, tenía un gran arete de oro en su oreja derecha, su ropa estaba bastante vieja y desgastada. Mientras que el otro pirata era el mismísimo Mantarraya, la sostenía con mucha fuerza haciendo que le doliera todo el brazo. Trató de mover sus manos, pero tenía atadas sus muñecas con una soga que casi le cortaba la circulación.

Su mirada viajaba por todo el lugar para averiguar dónde se encontraba. Se fijó en que acaban de pasar por el muelle, vio la playa que estaba a unos metros de ellos, luego miró una construcción de piedras oscuras y blancas. Un sudor frío bajó por su espalda baja, ella sabía que eran los calabozos donde alguna vez estuvo encerrada. Ya estaba en la Isla Tiburón. Miró a los piratas que iban pasando por ahí y que se le quedaban viendo a ella.

Al no ver a la reina, se puso en alerta, miró hacia atrás y se dio cuenta de que un pirata la llevaba caminando cerca de él, Elora no llevaba las manos atadas solo el pirata la llevaba del brazo y parecía que no la tomaba con fuerza, a diferencia de los dos hombres que estaban con Elizabeth.

—¿Qué estás mirando, arpía? —Mantarraya tiró de su brazo para que dejara de ver a Elora.

—Estaba revisando que la reina no estuviera herida —respondió Elizabeth de forma hostil.

—No te preocupes, a ella no le piensan hacer daño —dijo Mantarraya con una sonrisa cínica, miró a Elizabeth y ella frunció el ceño—, pero a ti...

—Deja de molestar a mi prometida —interrumpió Will que se paró enfrente de los dos piratas.

Elizabeth posó su mirada en el hombre rubio, tenía los brazos cruzados, su cabello rubio volaba con el ligero viento, tenía una sonrisa divertida y una mirada coqueta. Los ojos grises de Elizabeth se encontraron con los ojos marrones de Will, ella lo miraba de forma repulsiva, lo odiaba por todo lo que le había hecho a ella y a sus seres queridos.

—¿Qué es todo ese alboroto?

Elizabeth sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al escuchar aquella voz, esa voz que siempre escuchaba en sus pesadillas, que tenía clavada en su mente y alma. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, un hombre alto y delgado con una espesa barba negra se acercó a Will, sus ojos negros se posaron en ella, su piel quemada le daba pavor a Elizabeth, pero el simple hecho de ver vivo al mismísimo capitán Sharkblack le daba más miedo. El capitán con calma se colocó a un lado de Will, una sonrisa siniestra apareció en su rostro todo quemado y lleno de cicatrices.

—¿Cómo diablos es posible? —un susurro involuntario salió de sus labios.

—Niña, no te me quedes viendo así —río Sharkblack sin dejar de mirarla.

Contra tiempo ✔ [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora