Una oportunidad es todo lo que necesitas

Cap 1 : Un Shinigami

La muerte el momento final de una ser humano, un momento que pone fin a su historia de vida en la tierra, algunos la aceptan con tranquilidad y a otros los invade un miedo en ese momento.

Un hombre se encontraba acostado en una una cama, el sabía que había llegado su momento de dejar el plano terrenal y descubrir si había algo más allá de la muerte.

Al rededor del hombre estaba su familia, ellos estaban ahí acompañándolo en sus últimos momentos, pero además de ellos había una figura sentada en la silla que había al lado izquierdo de la cama.

La figura portaba un traje de color blanco como la nieve, una corbata rodeaba su cuello. Portaba unos guantes blancos que cubría sus manos y una máscara blanca que solo dejaba ver unos ojos completamente blancos.

El ser estaba viendo al hombre quién había comenzado a respirar más lentamente.

— ¿Tiene miedo Señor Thomas?

— Si, lo tengo.

— Ya veo.

— No puedo estar tranquilo cuando no sé que pasará una vez cierre los ojos de forma definitiva.

El hombre estaba hablando con la figura de traje blanco, los demás de la habitación no podían escuchar su conversación y tampoco sabían que estaba hablando con alguien.

— Es normal tener miedo a algo que desconoces por completo, ese miedo de pensar que una vez cierres los ojos y no haya nada más allá, y simplemente caigas en un sueño eterno donde no puedas sentir nada, pero sobre todo, el miedo de no volver a ver a la gente que amaste cuando estabas vivo.

La figura se puso de pie y camino al lado izquierdo del hombre quién simplemente lo miraba.

— No se preocupe todo estará bien, además las personas que lo aman están en está habitación, siéntase afortunado hay mucha gente que muere sola sin una sola mano a cual sostener.

La tranquila y serena voz del hombre pudieron calmar el miedo que sentía el hombre.

— Estoy listo.

La figura junto sus manos por breve momento, parecía estar rezando cuando término el hombre había cerrado los ojos.

— Estoy seguro que alguien te espera del otro lado.

Los llantos llenaron la habitación y algunos de ellos entre lágrimas pedían lo llamaban, pero tenían que aceptar la dura realidad.

La figura ya no estaba en la habitación había desaparecido después de cumplir con su trabajo, ahora estaba arriba de un rascacielos sentado en una barandilla en posición de loto viendo el atardecer.

Un leve brillo interrumpió su momento de paz y saco una esfera de color transparente. El orbe estaba brillando en un tono blanco.

La figura colocó el orbe a su lado cuando una pantalla se proyecto de aquella esfera. Detrás de esa proyección se podía ver a una mujer de piel blanca, unos ojos brillantes de color azul, su cabello era largo de un color azul que hacía una perfecta combinación con sus ojos.

La mujer portaba un vestido elegante de color negro, mientras un abrigo de color blanco se posaba sobre sus hombros.

— (T/n) es bueno que hayas terminado con tu trabajo.

— ¿Qué te puedo decir? Me gusta mi trabajo.

— Es bueno escucharlo, pero tengo que hablar contigo (T/n).

— ¿Qué pasa Arcángel Eirene?

— Es algo que se debe decir en persona y no por este medio.

— Está bien voy de inmediato a tú oficina.