Después de ver cómo tiraron a claire, me fuí hacia donde se había caído ella un tanto preocupado.
— ¿estás bien?- le pregunté mientras la ayudaba a levantarse.
— si, solo me lastimé un poco la rodilla.- dijo mientras miraba el lugar de la herida.
— no es grave, pero igual tendrías que ir a la enfermería.-
— no es necesario, estoy bien.- dijo sonriendo ligeramente.
— ¿segura?- dije dudando.
— si y ya está por iniciar la siguiente clase, deberíamos de irnos.-
— bueno.- dije algo no tan convencido.
Ambos nos fuimos hacia donde se encontraba el salón de la siguiente materia que tendríamos.
Nos sentamos en nuestro lugar, para luego prestar atención a lo que decía la profesora.
Pero un rato después, Oliver y su grupito comenzaron a arrojar aviones de papel a los demás, buscando molestarlos.
Intenté ignorarlo, para poder concentrarme en lo que dijo la profesora, hasta que sentí como la punta de un avión de papel chocaba contra mi cabeza.
Lo agarré, lo arrugué en una bola y lo dejé en mi mesa de trabajo sin mirar quién lo lanzó o de donde provino con una mueca de molestia.
— ¿te enojaste, plumitas?- era obvio quien era, buscaba distraerme o simplemente verme enojado, solo intenté ignorarlo para consentrarme en mi tarea.
— uy, me ignora...- dijo fingiendo tristeza para después empezar a reírse de mi. — patético.- finalizó y siguió molestando a otros.
Así estuvieron casi durante todo el tiempo de la clase, la profesora no le importaba mucho, si aprobaban y entregaban los trabajos, los dejaba comportarse así. Algo que no me gustaba, ya que impide la concentración en las clases de los demás alumnos o no poder estar tranquilo en los descansos porque te podrían hacer una broma.
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Terminó la clase y me fuí junto con Edward y Zip hacia un lugar que teníamos nosotros para hacer o planear nuestras bromas, era un lugar donde no transcurría tanta gente, ya que no conocían muy bien toda la Biblioteca y siempre se quedan en el principio de esta, no se atreven a ir a los rincones un poco más oscuros.
Ya lo habíamos marcado como nuestro lugar, donde podríamos hablar de lo que sea y la gente no se enterarían.
— ¿que haremos ahora?- preguntó Zip.
— ¿hace cuanto las profesoras no "desaparecen" a un alumno?- dijo Edward.
— no lo sé, hace unas semanas, supongo ¿por qué la pregunta?- dijo Zip con interés.
— porque un plan que se me ocurrió consiste en que en el momento en que un alumno está escapando de la profesora, lo llevamos a una trampa.-
— es una muy buena idea, pero necesitaríamos llevarlo a un lugar peligroso...- me puse a pensar un lugar con esa característica
— ¡el cuarto de ∆lice!- dijimos los tres al unísono.
— ahora sólo toca esperar a nuestra siguiente víctima.- dijo Zip con una sonrisa.
Escuchamos una puerta siendo golpeada fuertemente desde mejor para luego escuchar como se rompía y se oían unos gritos, sin embargo todo se calmó de repente.
Fuimos hacia el lugar donde provinieron los ruidos y vimos cómo ya no había nadie, sin embargo notamos que en el piso y las paredes del lugar estaban manchadas de sangre.
— parece que alguien desaprobó.- comenté sin mucha importancia mientras miraba la escena con una sonrisa burlona.
— ¿quién habrá sido el desafortunado o desafortunada?- preguntó Edward cruzándose de brazos.
— cuando comience la última hora de clases lo averiguaremos.- respondió Zip.
— ya había pasado como unas 2 semanas de que no habían estudiantes desaparecidos o asesinados... Ya era hora.- comenté.
— si, ya se me hacía algo extraño.- dijo Edward mientras sonreía.
Luego de un rato de lo sucedido, la escuela se comportó como si eso nunca hubiera ocurrido, a excepción de una o dos personas que al parecer estaban en un estado de shock. No tardamos en descubrir que la persona que faltaba era Abbie, no lo vi después de lo ocurrido, así que concluí en que el fue la víctima.
Ya había visto como desaparecían o mataban a algunos de los estudiantes por desaprobar un examen o la materia en sí, era algo común aquí y a medida que pasaba el tiempo aprendí a burlarme de esas personas que desgraciadamente tuvieron un mal final, porque después de todo eran solo unos perdedores.
Los que se habían cambiado a este colegio el año pasado o este, aún no sabían sobre eso, ya que podrían no querer ir al colegio nunca por el peligroso trauma que podrían sufrir si ven a un compañero suyo ser asesinado frente a el u encontrar el cuerpo sin vida.
Era la última hora de clases y siempre era el momento más aburrido de todo el día escolar en mi opinión, los profesores se volvían más pesados y exigentes.
Estaba sentado al lado de Zip mientras jugaba con un lápiz y no prestaba atención a lo que el profesor estaba explicando, hasta que Zip me preguntó:
— el profesor dejó tarea por si no sabías.-
— la hago en casa y listo, después de todo es la última hora.- dije mientras miraba la tarea que había dejado el profesor.
Después de que terminara la clase, recogí mis cosas y esperé a Zip y Edward, para acompañarlos a sus casas.
Siempre salíamos del Colegio juntos, ya que estaban lejos nuestras casas, de paso jugábamos o molestábamos a la gente en el camino.
Cuando llegué a mi casa me despedí de Zip y Edward, para entrar en irme a mi cuarto directamente.
Dejé mi mochila en mi cama y saqué una hoja que tenía guardada en mi bolsillo, pero no era cualquier hoja, era la que había arrancado de la libreta de Engel.
Solo pude verla de reojo, pero sin embargo alcancé a arrancar la hoja que parecía ver visto algo inusual y esconderlo en mi bolsillo rápidamente, porque no pensé que Engel iría tan rápido a preguntarme por la libreta, eso se me hizo un tanto extraño. Abrí la hoja y leí Lo que contenía escrito en ella.
— ya sé con qué chantajear...- pensé luego de leer lo que decía esa hoja, mientras reía en un tono bajo.
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