𝙵𝙽𝙵: ¡¡ᕼꌦᑭꋊꄲ'ꇙ ꒒꒤꒒꒒ꋬBꌦ ꒦2!!

「ᴏɴᴇ sʜᴏʀᴛ」

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ᴍɪsᴍᴏ ᴅᴇsᴛɪɴᴏ:

Han pasado largas décadas, después de aquel incidente inhumano del entrenador Steven.
Cuya casa se inundó a su alrededor llena de césped alto, junto a enormes y pesadas rocas que estaban prohibiendo el pase a cualquiera que se atreviera a entrar.

En el interior de la casa, los muebles seguían intactos como el reluciente color de las paredes que perdió el tono alegre tras permanecer sin pintar hace mucho tiempo, ahora le hacen ver inquietante.

Escuchando se un susurro atra vez de las paredes por aquel pasillo oscuro, teniendo en manos una linterna con esas manos temblorosas y frágiles. Daisy se adentró más al Fondo con la esperanza de hallar a su pareja...

-𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞𝐧... ¿𝐄𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐚𝐪𝐮𝐢́?-

"𝐈𝐧𝐜𝐥𝐮𝐬𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞."

-𝐒𝐨𝐲 𝐲𝐨, 𝐃𝐚𝐢𝐬𝐲. -.

El delicado ruido de los zapatos retumbaban por el lugar con cada paso que daba, atrayendo el incontrolable frío y la sensación de correr no hacia falta deducir que el peligro estaba cerca.

"𝐘 𝐟𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐮 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞𝐬..."

En aquella habitación se expulsaba un olor fétido en una de las dos camas. Daisy se acercó cuidadosamente a la cama derecha quien parecía cubrir a alguien.

Pero entonces de casualidad piso algo que se arrugo contra el suelo, Daisy volteo a mirar abajo, con ayuda de su linterna alumbró el objeto pisado.

¡𝐄𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐠𝐨𝐫𝐫𝐚 𝐚𝐳𝐮𝐥! ¡𝐃𝐞𝐛𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐌𝐢𝐤𝐞!

𝐄𝐬𝐨 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞... ¡𝐌𝐢𝐤𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐯𝐢𝐯𝐨!

Daisy volteo con una sonrisa hacia la cama, como si de una persona dormida se tratase. Entonces Daisy le tocó el hombro, agitandolo con cuidado en un intento de despertarlo, pero no habían señales de movimiento.

-𝐌𝐢𝐤𝐞?-.

Destapando la manta de su rostro hasta el torso, soltó un grito de horror. Impactada soltó la linterna, en consecuencia que metiera un ruido fuerte y alumbrara atras. Por la puerta que había entrado.
Sus dos manos cubrían su boca para silenciar el grito y respiración agitada tras ver visto el cadáver del hermano de Steven sin vida.

-𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐦𝐢́𝐨... 𝐌𝐢𝐤𝐞, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧-- -.

Pero todo eso fue interrumpido por un crujido de la puerta detrás de ella. Sus pupilas se paralizaron como su respiración ante el ruido.
Volteo con miedo en sus ojos la oscuridad detrás de la puerta todavía alumbrada por la linterna en el suelo.