ACTO III

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La marca en la nuca de Beomgyu comenzó a arder; era demasiado fuerte para él soportar su primer celo con la presencia de su alfa destinado. Pero lo más insoportable fue para todos los presentes en escena. Las guardianas alfas sin marca enloquecieron, y los cisnes omegas tuvieron que ayudar a contenerlas. El más peligroso de todo fue Huening Kai, quien inmediatamente tras sentir las feromonas del omega dominante de Beomgyu le hizo perder la cabeza.

El príncipe soltó la espada que empuñaba y su atención ya no la tenía el hechicero, ahora solo le importaba aquel omega que deseaba tener y marcar como suyo. Soobin podía soportarlo, al ser un alfa dominante, las feromonas dulces del pequeño cisne le generaban gusto, pero no por ello perdía la conciencia.

-Aléjate de él, ni siquiera lo pienses. -musitó el hechicero seriamente elevando la figura del joven humano con ayuda de su magia para alejarlo del omega. Pero aunque él podía mantener su cordura, el celo de su destinado lo estaba debilitando en muchos sentidos. -¡Ustedes! -llamó a las hermanas omegas del cisne. -Ayuden a su príncipe... yo no puedo hacer mucho.

Las muchachas corrieron para asistir a Beomgyu, tuvieron que quitarle la chaqueta y los zapatos para que su cuerpo no sintiera tanto calor. No querían dejarlo completamente desnudo al estar con alfas presentes, así que comenzaron a mojarlo con agua del lago, sobre todo su nuca ardiente.

-El destino del príncipe... -susurró Eun Chae cuando vio la pluma dorada brillar.

-No digas nada, no sabemos quién de los dos puede ser... -le dijo Kazuha mientras remojaba los cabellos dorados del omega.

Soobin no pudo sostener su hechizo y el príncipe impactó contra el suelo, pero pese al golpe, Kai se levantó inmediatamente buscando al cisne. Realmente parecía una bestia. Las omegas tenían miedo de salir afectadas por lo sucedido, pero no podían abandonar a su alteza real.

-¿¡Qué demonio está pasando aquí!? -exclamó la reina haciendo acto de presencia en el lago de los cisnes. Ella, al igual que su hermano, era una alfa dominante y, al estar en lazo con su amor, simplemente tapó su nariz ante el olor a feromonas desagradables. -¿Qué? ¡Oh Dios mío, Beomgyu, tu madurez!

El hechicero juntó fuerzas como pudo para derribar con su cuerpo la anatomía de Kai, y con ayuda de una hierba que traía en su bolsillo logró dormir momentáneamente al muchacho. El efecto sería corto, de al menos unos cinco minutos, así que debía apresurarse para llevarse a Beomgyu consigo.

-No lo toques, Ji Eun... -le advirtió a su hermana, pidiendo a las cisnes con un movimiento de mano que soltaran al príncipe. Ellas inmediatamente se alejaron de él, pues a pesar de que no debían abandonar a su alteza, el miedo que le tenían al rey del bosque era muchísimo más fuerte que ello. No podían descartar que, después de todo, Soobin también gobernaba por sobre su reino.

-Soobin, no le hagas daño, no puedes llevártelo... -musitó la mujer enojada sin poder avanzar debido al campo de oscuridad que creó su hermano con sus últimas energías. Si lograba retenerlo allí durante más tiempo, podría ganar esta batalla. Soobin no podría ignorar por siempre el celo de su omega destinado.

-Ya no puedes interferir, Ji Eun. Tu contrahechizo ya perdió su poder en el momento en que Beomgyu maduro.

-Pero no ha tenido su ritual como corresponde -insistió la mujer desesperada.

-No te preocupes por ello, él lo tendrá conmigo. - Dejó salir sus inmensas alas completamente dispuesto a llevárselo con él, así sea que se derrumbe el camino a su palacio. - No voy a dejar que lo ofrendes a otro alfa por un estúpido ritual, él es mi omega ahora y sabes que ya no puedes hacer nada contra ello.

Todas las cisnes lo miraron horrorizadas, como si fuese la peor bestia del universo. Para ellas, él era un ser despiadado y lloraban con la idea de que su querido príncipe pase su ritual de madurez con alguien tan terrible como lo era Soobin.

El amor del cisne [SOOGYU] (white version)Where stories live. Discover now