Contra tiempo ✔ [#2]

🌀 CAPÍTULO 28 🌀

Adham

—¡Tierra a la vista! —anunció Matthew desde la cofa.

Adham y Dorian miraron en la misma dirección que Matthew y vieron la Isla Tiburón. El hombre de ojos azules sabía que era el momento de atacar, así que reunió a su tripulación. Read, que estaba en la cubierta, miraba con admiración a Adham desde abajo.

—¡Hemos llegado! —vociferó Adham, dirigiéndose a todos los hombres en la cubierta que lo miraban a él, solo a él—. El momento de pelear y recuperar a la mujer que amo ha llegado. No nos rendiremos ante nada ni nadie. ¿Quién está conmigo?

—¡Yo! —se escuchó al unísono.

—¿Quién está conmigo?

—¡YO! —respondieron todos en la tripulación, alzando espadas, rifles, dagas y revólveres en señal de apoyo a su capitán.

Adham ordenó que se acercaran más a la isla, y cuando estuvieron tan cerca que el barco casi quedaba atrapado en la arena, bajaron el ancla y anunciaron su llegada con un cañonazo. Los piratas de Adham desembarcaron para luchar contra la tripulación de su padre, que comenzaba a salir de una casa de campo.

—No puedes impedir que vaya a luchar —protestó Nerea, soltándose de los brazos de Dorian.

—Nerea, por favor, comprende que no puedo permitir que vengas con nosotros, especialmente sabiendo que estás esperando a nuestro bebé —explicó Dorian, mirándola con súplica.

—Elizabeth es mi amiga, y si ella tuviera que luchar por mí, lo haría —dijo Nerea, con una mirada enojada.

—Tengo miedo de que puedan herirte y perderte —susurró Dorian, tomando sus mejillas entre sus grandes manos.

—Nunca vas a perderme —respondió Nerea con una tierna sonrisa—. Yo lucharé por ti, si tú luchas por mí.

—Siempre lucharé por ti, Nerea —afirmó Dorian, tomando su mano y mostrándole su apoyo ahora y siempre.

—¡Vamos, apresúrense! —gritó Read, llamando la atención de los dos amantes.

Se apresuraron a enfrentar a los piratas que se acercaban. La tripulación de Adham luchaba con valentía, aunque los superaban en número.

Adham comenzó a luchar con un pirata que se acercó a él. Tomó su espada y evitó cada ataque del enemigo, hasta que con un movimiento rápido le clavó la espada en el pecho. Rápidamente la sacó para evitar que otro pirata lo hiriera, cortándole el brazo derecho y dejando un gran charco de sangre en la arena.

Se apresuró a buscar a Elizabeth, pero no la veía entre la multitud que luchaba a su alrededor. Divisó al señor Bins luchando contra un hombre del doble de su tamaño. El pirata derribó al anciano, pero Bins, desde el suelo, sacó su revólver y le disparó justo en la cabeza. El cuerpo inerte cayó al suelo y Bins se levantó para disparar a otro pirata que estaba a punto de herir a Read.