- Hola, Esteban - se acerca a abrazarlo Marina.
- Hola, Marina - sonríe.
- Le explicaba a Marcia, que tendrán que compartir habitaciones porque Franco se excedió con las invitaciones, ¿No hay problemas con eso, cierto?.
- Claro que no - se acerca a Marcia - ya estamos acostumbrados, ¿Verdad?.
- Amm... Si - asiente.
Las palabras de esteban incomodaron en gran manera a ambas mujeres, Marina obviamente se puso celosa y Marcia, bueno ella simplemente se incomodo porque no esperaba esta reacción de Esteban. La pelinegra luego de eso se despidió y los dejó solos.
- Hasta que por fin te veo.
- Iré donde Lucrecia, con permiso - trata de irse pero Esteban se posiciona frente a Ella - déjame pasar, pareces un niño berrinchudo y sabes que no me gusta.
- Primero hablemos.
- Yo no quiero hablar, ¿Me dejas pasar ya?.
- Mar...
- Dije, con permiso.
Hace tiempo que no le hacía esa mirada, una que por más que quisiera no podía evitar no obedecer, tuvieron un duelo de miradas como por unos diez segundos hasta que Esteban se dió por vencido y se quitó, solo bufó al verla salir por la puerta.
- ¿Le dijiste?.
El moreno había ido a la habitación de Iñaki.
- No, aún no.
- ¿Qué esperas, Esteban?.
- Estoy esperando a que no quiera matarme cada vez que respiro, está molesta.
- Tienes que darte prisa.
- Lo sé, lo sé.
[...]
- Franco, es fácil - suspira - te gusta Marcia, ¿No?.
- Si Marina, pero no es para nada serio.
- Pero no seas cruel con tu primita - hace puchero - solo te la llevas a caminar por ahí y ya, tal vez más adelante hasta se acuesta contigo, no estás feo - se sienta a horcajadas de él.
- Eres una descarada - acaricia sus piernas - ¿Pero qué más gano yo? Yo quiero algo más.
- Te estoy dando a la tonta esa en bandeja, además me lo debes por haberlos dejado juntos en el cuarto.
- Marina es que, no gano nada montando ese teatrito - bufa.
- Claro que sí, esto es algo que nos va a ayudar a largo plazo, Franco - comienza a besar su cuello - dí que si, ¿Si?.
- Lo haré por ti - la toma del rostro - y porque esa Marcia, está pero buenisima.
- ¡Agh! No sé que le ven a esa tipa.
- Mejor no te quejes - se levanta con ella encima - tú me acabas de decir que si quiero me la puedo llevar a la cama, no me vengas con tus celos - la lanza en la cama.
- Ya, ven.
Marina y Franco, realmente no eran así que digamos primos, así se criaron pero realmente Franco era ahijado de Santino, por la misma razón se supone que ellos no debían tener nada, pero a ellos les valío y dieron rienda suelta a la pasión que llevaban por dentro, y por esto también la relación con Enrique se acabó, porque se dió cuenta de los amorios de su prometida con su supuesto primo.
[...]
- ¿Ahora si podemos hablar?.
- Está bien, Esteban.
