capítulo diez

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―La emperatriz viuda ha muerto. Usted ahora es quien debe tomar su lugar.

Cuando las palabras por parte del consejero real fueron escuchadas por Anna su cerebro se sumió en un trance del cual tardó en salir.

Minutos antes había corrido junto a Leon hasta la sala de junta en la oficina de la anciana, escucho al comandante de la policía secreta decir que su abuela había fallecido después de que el avión en el cual viajaba sufriera un desperfecto en uno de sus motores y que el piloto se vio obligado a hacer un aterrizaje forzado en el agua. Por desgracia, nadie sobrevivió debido a la fuerza de caída en la que el avión se desplomo y, al momento de caer al agua, éste se partió en dos impidiendo a los pasajeros liberarse de sus cinturones de seguridad provocado por la presión del líquido.

―Debe ser un error, ella no puede morirse, no ahora. ―hablo Anna entrando en la histeria. Los chicos entraron al mismo tiempo a la sala en un buen momento para darle apoyo.

―Siento decirle que sí su majestad imperial, los reportes indican que ese es uno de los aviones de la familia y absolutamente nadie sobrevivió. ―dijo una vez más el comandante asegurando las palabras antes dichas.

Leon quedo sin palabras, se retiró de allí sin decir nada. Anna le miro, sabía que le afectaba más a él puesto que desde niño había sido criado por aquella mujer a la cual siempre vio cómo su verdadera familia. Ella no mostraba sentimiento alguno, pero era una vida, era ella la madre de su padre, algo debía mostrar.

―Los preparativos del funeral se llevarán a cabo hoy mismo, tendremos una semana de luto nacional y después de aquellos siete días se comenzará la preparación de su ascensión al trono.

―Considero que siete días es muy poco, podremos extender el luto hasta por un mes o medio año inclusive. ―opinó la pelinegra.

―No será posible su majestad. ―respondió otro miembro del parlamento―. Su abuela tuvo que retener su llanto por la muerte de su esposo y después de su hijo porque debía hacerse responsable del imperio que dejaron.

―A ella le arrebataron el derecho de llorar más tiempo por la vida de su hijo y esposo, pero yo no le quitaré a Leon ni al pueblo austriaco el derecho de llorar por su emperatriz madre. ―dijo como últimas palabras antes de retirarse de la sala con los chicos detrás suyo.

Deteniéndose en los límites del jardín trasero, la chica intento pensar sobre lo que sucedería después. Aceptaba que todo estaba claro, no importaba si ella se hubiese negado a ir a Austria para aceptar su destino, sabía que la irían a buscar para obligarla a colocarse aquella corona sobre su cabeza.

Ya no podía seguir teniendo dudas, decidió ser parte de este juego y seguiría así, debía descubrir todo lo negativo que rodeaba a ese palacio y ahora, siendo la mayor regente de la nación, tendría más posibilidades de mostrarles a todo el velo negro que se ceñía sobre ellos.

―Necesito estar sola. ―pidió sintiendo todavía la presencia de los chicos detrás suyo―. Necesito pensar en lo que sucederá dentro de siete días.

Y cuando ellos estaban a punto de hacerle caso, Minho se rebeló.

―No.

Ella se volteó para verlo, así como también los demás.

―Has estado alejándonos desde que llegamos aquí, te preocupas porque demos recorridos por toda la ciudad, nos has organizado viajes a otras partes de Austria solo para mantenernos alejados y ser tu quien se encargué de todo, pero no, ya debes detenerte con ello.

―No entiendo lo que dices Lee Know.

―Sí lo haces, que quieras hacerte la estúpida es asunto aparte.

―Hyung no puede hablarle así. ―regaño Seungmin.

― ¿Qué no puedo? ¿Por qué? ―se giró para ver al chico―, ella sigue siendo la misma chica que conocí hace siete años, mi compañera de empresa y grupo, mi amiga, la chica la cual yo...

―Lee Know hyung. ―interrumpió Jisung, sus miradas se conectaron y el mayor suspiro retractándose de lo que diría.

―Para Austria es su futura emperatriz, pero para mí es una persona normal y talentosa, alguien común la cual ha sido obligada a asumir responsabilidades que le corresponden desde su nacimiento. Le debo respeto, lo sé, por el hecho de ser mujer y también por otras razones. ―decía causando confusión alrededor de ellos. Minho volteó a verla―. Pero debes entender que si vinimos aquí fue para apoyarte y estar contigo en todo, no para dejarte sola así que no nos alejes de ti.

Las palabras que Minho dijo habían llegado a ella, se sentía como una egoísta, no lo hacía por querer sacarlos de la jugada, simplemente no quería ponerlos en peligro y que fuesen blancos fáciles para los demás.

―Está bien, prometo no hacerlo, pero debo decir que si algo sucede, en el primer avión de vuelta a Seúl los haré subir, ¿están de acuerdo?

Minho suspiro y asintió como el resto.

― ¿Qué es lo primero que quieres hacer? ―le preguntó Bang Chan. Y era muy buena pregunta tomando el estado de ánimo no solo del palacio sino del país.

No dio ninguna respuesta, pero tenía en claro que debía hacer, solo esta vez debía incluir a los chicos en sus planes, cumpliría la palabra que le dio a Minho, no quería decepcionarlo. A él no.

Pero el destino tenía sus propios planes para ella y, aquella noche en donde poco a poco se lograba conciliar el sueño, el protagonista de la tranquila noche fue Felix quien se había levantado para ir a la cocina por un vaso de leche y un par de galletitas de avena. Le causaba incomodidad despertar a unas cuantas empleadas reales solo para que le llevasen hasta su habitación su antojo, por eso prefirió ser él mismo quien bajará y tomase por sí solo lo que necesitaba.

Justo cuando estaba a punto de salir de la cocina, algo deslizándose sobre el piso se escuchó, Felix se confundió y asusto al mismo tiempo puesto que juraba ser él el único que se encontraba en el lugar, dejo su merienda nocturna en la mesita, dio unos cuantos pasos con su mirada pegada al suelo hasta que sus ojos se encontraron con un singular libro de color blanco con dorado, tenía las iniciales CA grabadas en la portada, su curiosidad fue más allá y abrió la primera página la cual contenía un escrito.

Diario de Caroline Anderson.

―No puede ser. ―abrió sus ojos en perfectos círculos―. Debo mostrárselo a Annie.

Y olvidándose de la comida anteriormente sacada del refrigerador, corrió hasta la habitación de su mejor amiga para mostrarle lo que había encontrado.

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⏰ Last updated: Jun 24 ⏰

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ᴜɴᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇꜱᴀ ᴇɴ ꜱᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅꜱWhere stories live. Discover now