II

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Colgaste tu mochila en la pared, lo primero que viste al entrar luego de tu agotador día escolar fueron tus maletas junto a la puerta. "Al fin voy a tener más ropa".

– ¿Qué tal, pequeña? ¿Cómo te fue? – Preguntó Barb, tirando el filtro de su cigarrillo al cenicero que estaba en la mesa junto a la puerta. ¿Es que acaso tenían ceniceros en todas partes?

– Se podría decir que bien... – Barb cierra la puerta con llave – Si no fuera por Eric... – Suspiras.

Fueron juntas hasta el sofá y se sentaron, en el sofá individual enfrente del suyo estaba Phyl tejiendo lo que parecía ser un comienzo de algo, no estabas segura qué era, pero era color verde.

La saludaste con una sonrisa, la cual te devolvió.

– ¿Quién es? ¿A quién tenemos que matar? – Bromeó Barb. Sonreíste y te recostaste, dejando las piernas colgando en el brazo del sofá.

– Eric Larson, es parte del grupo de imbéciles "populares". – Haces comillas con tus dedos en la palabra 'populares' – Y me temo que él nunca dejará de molestarme. –

– ¿Te hacen bullying? – Phyl se une a la conversación.

– No, al contrario, me molestan para que les de atención. Siempre que paso a su lado me dicen idioteces como "¿Por qué te saliste del aparador, muñeca?" – Ruedas los ojos con molestia –Obviamente siempre les respondo, los insulto o les saco el dedo del medio, pero siempre me seguirán molestando hasta que acepte tener sexo con uno de ellos. En especial Eric. – Miras a Barb, quien escuchaba atenta.

Ella te miró a los ojos un poco sorprendida.
Notó que hoy llevabas sombra de ojos celeste.

– Eso es muy feo, no creo que una chica de tu edad, ni de ninguna, deba de pasar por todo ese acoso por parte de sus compañeros de clase. – Phyl te mira con el ceño levemente fruncido, continuando con su tejido.

– Son así con todas las chicas, solo que las demás se lo dejan pasar porque son guapos.

Barb alza las cejas y niega con la cabeza, – ¡Los jóvenes de hoy en día! –
Te extiende un cigarrillo y sin pensarlo lo tomas, ya estabas lo suficientemente estresada para rechazarle una oferta tan amable a tu amiga.

Lo enciendes entre tus labios y miras de reojo a Phyl, quien mira a la mujer a tu lado con una mirada que dice más que mil palabras.

"¿Por qué le das cigarrillos a la niña?"
Barb sonríe y se encoge de hombros, mirándola fijo mientras toma el encendedor de tus manos y prende el suyo.
"No la estoy obligando, ella quiere."

Deberías ser lectora de ojos.
¿Eso existe?

– De todas maneras, – Inhalas el humo y lo exhalas por la nariz – si alguno de ellos quisiera pagarme para que me la chupen... – Miraste a Barb sacando la lengua, ella alzó las cejas otra vez y ambas sonrieron en complicidad.

Phyl frunció los labios y se quedó mirando fijo su tejido, sin dejar perder el patrón que estaba haciendo – Oh, vamos, eres muy pequeña para eso. —

– ¡Mientras no los toque, no haya penetración y hayan 20$, estoy dentro! – Barb suelta una risa entre el humo del tabaco.

– Me recuerdas tanto a mi yo de los 16... – Phyl chasquea la lengua ante el comentario de Barb, temiendo que sea peor influencia que la que ya habías tenido.

No quería decir nada, pero, vamos, era obvio que una chica tan joven y que tenía el vocabulario y mente que tú tenías no tenía una... buena relación con sus padres. Y Phyl lo había notado.

𝗕𝗶𝘁𝗰𝗵 || Billy LenzDove le storie prendono vita. Scoprilo ora