Takuma Ino x Azumi Ryūjin
Donde sus caminos se cruzan y no pueden separarse.
Historia ambientada dentro del mundo de Jujutsu Kaisen
La protegonista Azumk Ryūjin es de mi autoría, todos los demás personajes pertenecen a Gege Akutami Sensei, mangaka d...
Ambos jóvenes llegaron al hospital de Tokyo, donde desde la entrada podía percibirse una energíabastante pesada.
-Bien, colocaré el velo- dijo Ijichi-San mientras ambos estudiantes se preparaban para comenzar a avanzar -Si algo sucede, estaré esperándolos en este mismo lugar, porfavor tengan mucho cuidado-
-Gracias Ijichi-San- contestó el castaño.
-Nos vemos en un rato, no te preocupes por nosotros, estaremos bien- contesté regalándole una sonrisa.
Comenzamos a caminar e Ijichi-San colocó el velo sobre nosotros, al entrar, pudimos notar que habían 4 fuentes de energía maldita en el lugar, el cual contaba con cuatro pisos.
-Bien, Ino-Kun, creo que lo mejor será que nos separemos, cubriré los dos pisos de arriba, porfavor ve a los dos de abajo- dije tranquila sin mirarlo mientras me volteaba para comenzar a subir-
-¡Azumi-Chan!- gritó el castaño mientras me tomaba el brazo, al notar sus manos rodeando mi brazo, me soltó rápidamente -D...disculpa- dijo volteando la vista -Po...porfavor ve con cuidado-
-No te preocupes por mí, solo mantente vivo- dije ya comenzando a subir las escaleras -Si algo te sucede, porfavor llámame, vendré enseguida y trataré de ayudarte- fue lo último que dije antes de desaparecer hacia el segundo piso.
-Sucede... sucede que te extraño, Azumi-Chan- dijo con tristeza y en un susurro casi inaudible.
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-Ya muéstrate- grité molesta en una de las salas del segundo piso -puedo percibirte, sé que estás aquí- dije mirando todo a mi alrededor. Fue ahí cuando pude ver un maniquí sentado sobre una silla de ruedas, totalmente inmóvil. -Bingo- susurré mientras tomaba mi arco y creaba una flecha de hielo que impactó en medio de la cabeza del maniquí, este comenzó a mover su cuerpo de forma extraña, mostrando luego su verdadera forma, tomando un color más verdoso y múltiples ojos en la cabeza -te veías mejor antes- dije con asco mientras lo miraba, aveces pienso que las muecas y comentarios de mi padre también se me han contagiado.
El maniquí se levantó rápidamente y comenzó a correr hacia mi, podía percibir que su energía maldita era muy poca -el no es el de primer grado- pensé -tu no eres a quién busco, no tengo tiempo para esto- le dije molesta mientras esquivaba uno de sus golpes y extendía una de mis manos hacia adelante, provocando que la flecha que seguía en su cabeza se activara y congelara todo el cuerpo de la maldición.
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-Terminé contigo- dije ahora cerrando el puño, lo cual hizo que el cuerpo congelado de la maldición explotara en pequeños pedazitos de hielo. -Debo encontrar a la de primer grado, solo espero que Ino esté bien- pensé.
Subí la escalera hacia el 3er piso, camino hacia otra fuente de energía maldita, encontrándome con una maldición de segundo grado preparada para atacarme.
