𝕻⃟𝙖𝙧𝙩𝙚 1 𝙇𝙖 𝙏𝙧𝙖𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣. ☬ Capítulo 3☬

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Uraraka ha sido amiga de Izuku desde la preparatoria, había quedado impresionada con el chico, su forma tan suave de tratar a los demás y aun así capaz de enfrentar a cualquiera por sus amigos. 

Tuvieron un click instantáneo. Su amistad creció tanto, que llegaron a verse como hermanos hasta que en último año todo cambió. 

La llegada de Eijiro a la preparatoria fue una novedad, y más aún cuando apenas un mes después de su traslado este comenzó a ir detrás de Izuku. 

Luego de volverse pareja, Eijiro comenzó a alejar de a poco a los amigos de Izuku causando qué se distanciaran tanto.

El teléfono de Ochaco sonó rompiendo el silencio en la habitación. No iba a responder hasta que vio quien la llamaba. 

Con curiosidad acepto la llamada, era la primera vez en varios años que el peliverde le llamaba.

—Izuku? 

—Uraraka lo siento tanto, yo,te necesito— la voz de Izuku se rompió ante la última frase—¿puedes venir por mí?

—Claro que sí, ¿dónde estás? —La chica hizo una seña a su esposo quien la veía curioso desde que había mencionado el nombre de su amigo. 

—En el viejo parque al que venía con Mina— le dijo Izuku

No necesitaba más, con un suave "estoy en camino" finalizó la llamada. Iida la siguió en silencio hasta el auto, donde ella se subió del lado del copiloto. 

—Al viejo parque amor. —fue lo único que dijo. 

Iida conocía a su esposa, una chica de sonrisa amable y gran belleza que parecía un tornado, alegre, vivaz, siempre ayudando a todos. Verla así de seria después de la llamada de al que considera su mejor amigo le hizo saber que algo estaba mal. Así que se limitó a conducir, sabía que luego le diría lo que pasaba. 

Apenas estacionó el auto, la chica salió corriendo, buscando entre las bancas del lugar hasta que lo vio. 

Abrazando sus piernas, con la frente contra sus rodillas,hacia tanto que no veía tan vulnerable a su amigo. No dijo nada, hasta estar frente a él. 

—Izu?—susurro al verlo

El aludido alzó su enrojecidos ojos, no habló, solo se levantó y abrazó a su amiga. Su cuerpo temblaba en parte causado por el llanto y en parte por la ira. 

Nadie dijo nada en el camino de regreso al hogar de los Iida, Izuku sólo miraba por la ventana del auto mientras su amiga sostenía su mano. 

En cuanto llegaron al lugar, Izuku se dejó caen en uno de los sofá de la estancia, frente a él Iida lo veía con dudas en los ojos, poco después llegó uraraka con una bandeja en sus manos, en ella tres tazas con té reposaban. 

—Los encontré en mi cama teniendo sexo. Cuando solo un poco antes me habían dicho que tenían cosas que hacer. Ellos me han estado viendo la cara desde no sé cuando—su voz rota y sus ojos anegados en lágrimas lo hacían ver tan frágil. 

—¿Quién estaba con Eijiro? —preguntó Uraraka con la ira palpable en su voz. 

Un silencio cayó entre los tres. No sabía ni cómo decirlo sin que quemara en su garganta. Respiro profundo. 

—Shoto— su voz salió cargada de decepción 

Los ojos castaños se abrieron con sorpresa. Pero no se suponía que era él mejor amigo de Izuku. Cómo era posible. 

—Yo...¿podría pasar aquí la noche?— pregunto con algo de pena 

—Sabes que esta es tu casa hermano, puedes quedarte el tiempo que gustes—por fin había hablado Iida. El también conocía a Todoroki, lo había llegado a considerar un amigo muy querido. Seguía consternado por la noticia. Aún así siempre preferiría a su amigo peliverde. 

Uraraka le enseñó a Izuku la habitación en la que podía descansar. El peliverde se recostó en la cama, la chica había decidió darle su espacio. 

Al cerrar la puerta escucho los gimoteos de Izuku. Le dolía verlo y escucharlo de esa forma. 

No sabía qué hacer, así que decidió que lo mejor sería hablar con sus amigos, para cuidar a Izuku. 

Le asombraba lo unidos que eran, siempre podía contar con ellos, no todos estaban en la misma ciudad esa noche. Así que los que llegaron a su casa fueron Momo, Asui, Shinso, Tomura, Dabi y Mina. 

Una hora más tarde los seis se encontraban en el living de la casa de Iida. 

—¿Cómo está? —preguntó Momo. 

—Hecho un desastre—respondió Uraraka. 

—¡Ese maldito hijo de puta se atrevió a lastimar a mi pequeño hermano!—Tomura se encontraba al borde de la histeria. Lo más preciado para él luego de Dabi era su pequeño hermano. 

—Deberíamos matarlo y esconder su cuerpo—respondió dabi desde la esquina en la que se encontraba. 

Shinso estuvo de acuerdo, pero Momo les dijo que no. 

Mina por su parte solo estaba en silencio. De todos los presentes era la más cercana a la ahora ex-pareja, no podía creer que Kirishima fuera capaz de lastimar de manera tan cruel a Izuku. 

Soltó un suspiro y se encaminó a la habitación donde se encontraba su amigo, tocó dos veces, a lo lejos un débil pase fue lo que escucho. 

—Hola—susurro mina viendo a Izuku acostado boca abajo sobre el colchón. 

—Hola preciosa—respondió Izu sin verla—ya sabes verdad? 

—¿Estás molesto por que nos llamó?—pregunto la hermosa morena mientras se sentaba en la orilla de la cama. 

—No, después de todo yo hice lo mismo cuando terminó con Awase en la universidad.—recordo

Y era cierto. Cuando el pelo negro dejó a Uraraka por Kodai, el se había encargado de juntar a todos para animar a la castaña. 

A su lado Mina sonrío al recordar aquello, sin decir más se recostó en el colchón abrazando a su amigo. Izuku se acomodo mejor para corresponder el abrazo. Lo necesitaba. 

Poco a poco cayó en el sueño miéntras las gentiles manos de la pelirrosa jugaban con su cabello. 

Esa noche los chicos acordaron cuidar a su amigo. 

El dolor de tú mentira Where stories live. Discover now