Prólogo

3 1 0
                                    

Camine por todo el bosque furiosa como podrían ser tan despiadados y no contarme nada hasta ahora que estoy a unas semanas de casarme.

—No puede ser— grito tan fuerte y golpeo la madera, haciendo que msi nudillos se torne rojizos.

Lo hecho hecho está, no puedo decir nada ellos se querían deshacer de mí en un principio.

Porque, no me quieren.

Vuelvo a gritar y cuando estoy más calmada recuerdo.

—Mami puedo ir con ustedes

—No cariño solo saldremos unos minutos, es tarde y tienes que ir a la escuela no quiero que te desveles

Ella me da un abrazo.

Lágrimas gruesas corren de mis mejillas.

Ese fue nuestro último abrazo.

Si tan solo lo hubiera evitado.

Mi pecho arde.

Esta vida no me quiere.

Mis rodillas comienzan a fallar y caigo rendida al lodo, no me importa ensusiarme, solo quiero que esto termine.

El dolor es asfixiante, no puedo respirar.

Mi madre se a ido y en unas semanas me casare con un desconocido, todo por mis abuelos que siempre me han culpado por su muerte, mis oídos comienzan a sumbar, comienzo a marearme.

No, no de nuevo no, por favor...

Lágrimas escurren de mis ojos, me siento miserable.

Me muerdo los labios para no soltar ningún sollozo y no espantar a los animalitos.

Me rodeo con mis brazos y comienzo a masajear e los pies, comienzo a temblar.

No, no, no, otra vez no...

Quisiera terminar con esto, mis movimientos se vuelven más bruscos, siento que me estoy hundiendo, comienzo a rascarme, comienza a doler y siento que estoy viva, que el dolor pasará qué si puedo sentir...

Si me desmayo nadie vendrá, nadie se preocupará por mí.

Ese pensamiento me desarma el aire comienza a faltarme, no escucho nada.

Escucho pasos y solo quiero alejarme.

No me hagan daño...

Pero esta persona comienza a cantar el sumbido en mis oídos se va aminorando, quiero escucharlo, esa canción me encanta.

Quiero ver a quien le pertenece aquella voz que me a salvado, me levanto pero mis piernas arden, miro hacia abajo y veo que sangró.

Pero no se compara con el dolor que siento dentro, me siento hueca, vacía, miserable, todos a mi alrrededor me odian y solo existo.

Hellen | la historia detrás de las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora