◆ J A Z M Í N ◆

18 5 1
                                    

Me quedé paralizada frente a la nota, sintiendo como mi corazón latía con gran intensidad ocasionando que mi frecuencia cardíaca aumentara como resultado de la adrenalina qué recorría por mis venas. Mis dedos temblaban ligeramente mientras el eco de las lavadoras en funcionamiento resonaba en la oscuridad circundante.

"No muerde, ni ladra, pero tiene dientes y la casa guarda" —repetí en voz alta, permitiendo que las palabras se deslizaran con cautela entre mis labios. Agité mi cabeza un poco en un intento de salir de aquel estado que me tenía paralizada.

Una llave.

Entrecerré mis ojos al oír algo que me llamó la atención, una de las lavadoras había terminado. Dirigí la luz de mi móvil hacia ella, comprendiendo lo que debía hacer. Debía buscar la llave entre mi propia ropa. El pensamiento incómodo de que alguien hubiera tocado mis prendas, en especial la ropa interior, me perturbó profundamente.

De inmediato, me acerqué a la lavadora arrodillándome para abrirla. Tan pronto mis manos tocaron la primera prenda, emití un gemido de dolor soltándola al ipso facto debido que la ropa se encontraba bastante caliente, dificultando el poder llevar a cabo mi misión.

Maldito psicópata.

Fui sacando prenda tras prenda, palpando con cuidado teniendo esperanza de encontrar la llave entre ellas. Podría estar en la última lavadora, ya que la nota mencionaba la paciencia y así ahorrarme el dolor que sentía, pero también hacía referencia a la astucia, y había aprendido a no dar nada por sentado, por más sencillo que pareciera.

Tras largos minutos de búsqueda, en el que dos de las cinco lavadoras terminaron su programa, no logré hallar la llave. Para evitar que mi ropa se ensuciara, la dejé con cuidado sobre una mesa, resignándome temporalmente a la frustración de no haber encontrado lo que buscaba.

Paciencia y astucia.

Algo no cuadraba en aquella pareja.

Negué con la cabeza caminando hacia la siguiente lavadora.

A duras penas alcanzaba a ver con un poco dificultad a causa de que tuve que bajar la luz de la pantalla de mi móvil al mínimo ante la poca batería que le estaba quedando.

Mis manos ardían, pero había llegado a un punto donde había logrado desconectar brevemente mi mente y ni el calor, ni las ampollas que sé habían empezado a formar en mis dedos podían sacarme de ahí. Ni quería.

Tras revisar el último pantalón que quedaba, suspiré cansada.

Nada.

Volteé a mirar en dirección a la última lavadora que continuaba funcionando. Apoyé mi cabeza contra las lavadoras permitiéndome unos segundos para pensar mientras cerraba los ojos ante el agotamiento. No solo de este juego, sino del día que había tenido.

Paciencia y astucia.

Me volví a repetir mentalmente.

Entonces, la última lavadora sonó y me animé a levantarme con dificultad. Caminé hasta ella, seguido para abrir la puerta evitando el calor que liberaba. Agarré ansiosa todas las prendas sacándolas de la maquina y me sumí en un torbellino de frustración mientras mis manos buscaban con exasperación entre la ropa caliente. Aquello ocasionó que saliera de mi zona de desconexión haciéndome consciente de lo mucho que me quemaba la ropa, teniendo que ahogar las ganas de llorar en compañía de una oleada de rabia e ira crecía dentro de mí. ¿Dónde estaba esa maldita llave?

La ansiedad empezó a consumirme, y mis dedos se movían con una urgencia febril, a tal punto que comencé a desgarrar prendas en busca de aquello que me permitiría acabar con ese sufrimiento, pero no había nada.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 05 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Celebración Macabra ©Where stories live. Discover now