8

370 52 2
                                    

Lia sonríe, el cachorro volvió a visitarla, este se restregó en sus brazos, cuando se convirtió en niño jugaron mucho.

El niño suspiro de alivio al ver que ya no está el lobo blanco le dice que durará un largo tiempo sin venir, el invierno está por comenzar y no es bueno que estén fuera de la manada, Lia solo puede confirmar, se despidió del cachorro, suspira al notar que otra vez estará sola estos meses frío.

Es  posible que tantos años sola ya comenzaron hacer efecto, anhelando un toque, una caricia, un beso, su mano ser tocada por otra, un abrazo cálido, es un poco asfixiante, no negara que necesita a alguien a su lado, sin embargo para conseguir algo así tiene que salir de este lugar y no quiere, por más deseo que tenga no quiere, aquí está su lugar seguro.

Hace una mueca, comienza a alistarse, la nieve está cayendo, revisa que todo está bien almacenado, cuando todo está listo se siente afuera de su casa en sus manos está uno de sus diarios de otras vidas.

Mientras se sumerge en su lectura fuera de los límites de la tierra dos lobos se paran

─¿Qué hacemos aquí?

Osvaldo mira la barrera ─Tenemos que entrar.

─¿Cómo lo haremos? hay una barrera… este lugar es santo tu… ─Jack lo mira ─¿estabas aquí? ─Osvaldo confirma ─¿cómo entraste?

─No lo sé, es posible que fuera por el río ─ declaró Osvaldo.

─¿Te acuerdas por qué parte del río? ─preguntó Jack.

─No, había perdido mucha sangre.

Jack mira el área ─¿La cabaña de ella está lejos?

Osvaldo niega, hasta que recordó algo ─Hay unos árboles muy grandes…  que ella nos vea por esa área, le gusta ir mucho al río.

─Pues vamos, el invierno está muy Cerca, no es bueno que estemos mucho tiempo afuera ─explicó Jack.

Lia nota que ya casi es de noche, busca alguna cubetas para buscar agua, con ella en manos comienza a caminar hacia el río, gracias a Dios el río increíblemente no se congela, así que puede buscar Agua aunque todo esté congelado, con tranquilidad consigue el agua, se queda un rato mirando hacia los grandes árboles, hasta que nota dos grandes figuras, con cuidado se da cuenta de uno.

Una sonrisa crece en ella, rápido camina hacia ellos ─Osvaldo ─gritó con alegría.

Jack y Osvaldo observan como ella sale tranquilamente por la barrera, este ni se inmuta.

Osvaldo sonríe de lado ─Lia.

Lia sonríe, rápido le da un abrazo ─Viniste rápido, pensé que…

─Vine a estar contigo, espero que no te moleste.

lia niega agradecida ─No sabes lo feliz que estoy.

─Él es mi amigo Jack.

Lia se avergüenza no había visto al chico al lado del grandote, lo observa detalladamente, también es muy grande pero más delgado que Osvaldo, sonríe para el chico ─Hola, soy lia mucho gusto.

Jack no puede dejar de verla, por Dios su corazón late muy fuerte, rápido se pone delante de ella ─Hola soy Jack.

lia se carcajea ─Hola Jack, venga vamos a mi hogar, está cayendo la noche y hace frío.

─Lia… ─Me llamo Osvaldo.

─Si…

─No podemos pasar ─dijo Osvaldo.

─Eh ¿por qué?

─La barrera, es un lugar santo ─le recordó.

─Oh verdad ─guarda silencio unos minutos ─entonce ¿como haremos para que puedan pasar? ─preguntó la a los chicos.

─Tú puedes ─dijo Osvaldo viéndola.

─Yo… ─se apunta ella misma con el dedo ─¿cómo?

─Solo hay que tomarnos de la mano ─explicó Osvaldo con una pequeña sonrisa.

─Estás seguro que así podrán entrar ─cuestiona lia.

─Si.

─Bueno ─se pone en el medio de ambos, toma cada mando de estos grandes hombres y comienza a caminar.

Estos no dudan en seguir.

Cuando entraron Osvaldo respira mejor, Jack se sorprende por el aire limpio y puro, es muy hermoso, sale de su pensamiento al escuchar la voz de Lia.

─Me puede ayudar con dos cubetas de agua, está Cerca, en el río ─susurro lía con vergüenza.

─Claro.

Cuando llegaron ambos tomaron una cubeta y la llevaron como si nada.

Lia se sorprende por la fuerza de ambos, aunque no es nada lo que están llevando, se extrañan al ser dos grandes sacos, frunce el ceño al ver sangre ─¿Que tiene en los sacos?

Cuando llegaron a la cabaña Osvaldo y Jack pusieron los sacos afuera, Jack fue el que respondió ─Carne, antes de llegar capturamos dos animales.

Lia se sorprende ─Oh… pero.

─No te preocupes, lo limpiaremos, la piel de ambos animales haremos un abrigo para ti ─dijo Osvaldo saliendo de la cabaña, sabía donde poner las cubetas de agua.

,─Un abrigo para mí ─ella se sorprende, nunca le había regalado algo ─Osvaldo.

Osvaldo le regala una sonrisa ─Espero que no te moleste que tome otra vez la esquina de tu habitación, Jack nos hará compañía, cuando el invierno acabe… buscaremos madera para hacer una cabaña para nosotros.

─Se quedarán aquí ─gritó sorprendida.

─Si, me gusta estar aquí ─dijo Osvaldo.

Jack solo mira a Lia, por alguna razón quiere llamar su atención, al parecer será agradable estar aquí.

Esta vez si es amor +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora