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Sousuke y Kou han sido amigos desde muy pequeños, se conocen prácticamente de toda la vida, una vez entran a él último año de primaria los segundos géneros de todos salen a la luz, siendo el del rubio un alfa dominante, esto trae...
Perdón si hay palabras mal escritas, no revise el capítulo (igual nunca lo hago) por publicarlo rápido.
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Todo el grupo de amigos iban juntos en el auto de los padres de Aoi, el señor Akane era el que iba manejando, mientras la peli morada iba de copiloto y hací dejando sólo a Akane, Tsukasa, Natsuhiko, Sakura, Amane y Nene en los asientos de atrás –ya que el auto era una ban–.
Se notaba como Nene estaba preocupada, podía verse en la forma que frotaba sus manos.
—¿Que te pasa Yashiro?— cuantioso el azabache a su lado.
—Solo estoy preocupada por Mitsuba-kun y Minamoto-kun— dijo ella, Amane sólo soltó un suspiro.
—Déjalos, ellos pueden cuidarse solos, pareces una madre preocupada— rio estruendosmente, o bueno, algo, ya que esto no llego a incomodar a los demás.
—Lo sé, pero ya es tarde y que dos adolescentes sin compañía de un adulto anden solos en la calle es peligroso— miro a la ventana, viendo como los carros pasaban a el lado del auto del padre de Aoi.
—Tranquila, dijeron que vivían cerca, seguro llegarán rápido y a salvo a sus hogares— le dio unas leves palmadas en el hombro a la alfa.
—Bien, pero no estaré tranquila hasta que ellos mismo me digan que están a salvo en casa— Amane sonrió, le parecía muy tierno la manera en la que se preocupaba por aquellos chicos, sin duda ella sería una gran madre, se sonrojo ante aquel pensamientos.
—No hay duda de que serás una gran madre...— dijo su pensamientos, con intenciones de hacer que la contraria de distrajera aunque sea un poco y dejase su preocupación a un lado.
Nene lo volteo a ver y dejó ver ante los ojos de el Yugi el sonrojo que ya hacía en su rostro. Amane al ver esto soltó otra vez risas, la luz tanto de los faroles de las calles, como de la luna se colaba por las ventanas de coche, iluminando el lindo rostro de omega de ojos dorados, dándole una hermosa y adorable imagen de el chico riendo, a la alfa Yashiro. Esta volvió a sonrojarse, pero ahora por la imagen del omega.
Sin duda su amigo omega, era uno muy lindo.
Las risas de Amane pararon y dejó caer su cabeza en el hombro de Nene, ya estaba cansado y tenía sueño, lo único que quería era llegar a casa. Nene al sentir el leve peso de la cabeza de su amigo sobre su hombro se sorprendió, pero después simplemente poso el peso de su cabeza sobre la del omega azabache.
En ese mismo momento Amane tuvo una revelación, era claro que aquellos sentimientos que habitaban dentro de su ser, sería muy difícil sepultarlos, ya que estos crecían cada día que pasaba, pero tenía miedo, miedo a que en algún momento Nene encuentre a alguien que en verdad le guste o que en algún momento él reúna el valor suficiente y decida confesarme, más salga herido.
Soltó un leve suspiro ante sus pensamientos, vaya que no podía pasar ni un segundo sin pensar algo mal de las cosas.
—¿Todo bien?— escucho de repente la voz de Yashiro.
