La curiosidad...¿enamoro al rey?

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Era de noche, la princesa Charlie Morningstar me encargo llevarle una taza de té a su padre y asegurarme de que haya tenido un agradable día. Aunque me negué ella insistió para que nuestra “amistad” se fortaleciera, bueno, algo por el estilo. No planeo tener una amistad con el rey del infierno, puede que haya estado acercándome a él, pero aún sigo buscando formas de derrocarlo, pero con las condiciones del trato que hice con Charlie será muy difícil.

Finalmente estaba en frente de la puerta del soberano, toque tres veces—¿Su majestad? —pregunte sí podía pasar, pero mis oídos captaron un sonido más, agua.
Entonces, Lucifer debe estar dándose un baño...

Con ayuda de mi sombra pasé bajo el marco de la puerta y entre en la habitación a husmear entre las cosas del rey, está oportunidad no se da todos los días; luego de ver cosas poco interesantes o extrañas pude divisar una caja fuerte. Claro, cada habitación tenía una, y tal vez Lucifer tenga algún secreto guardado ahí.

Le pedí a mi sombra que abriera la caja, en dos minutos ya estaba abierta, encontré un diario, tres patos de goma cada uno con características únicas y una botella con un contenido rosa brillante.

Primero tomé el diario, leí el contenido y puedo decir que solo demuestra lo débil que es emocionalmente, tan patético. Tomé la botella y leí la etiqueta "Pink Poison", ¿veneno? ...bien este podría ser un tipo de veneno especial que puede asesinar al rey y por eso está en una caja fuerte o puede ser otro tipo de sustancia. Aprovechando la situación, tomé la botella, la abrí y vertí algunas gotas en el té el cual rápidamente se tornó de un color rosa pastel.

Volví a dejar la botella en su lugar y cerre la caja, salí de la habitación y cerré la puerta. Poco después lo escuché salir de su baño, le di un tiempo para que se vistiera y calenté el té un poco con una llama que encendí en mi dedo índice.

Nuevamente toque la puerta, escuchando un quejido para luego ver cómo la puerta se abría. Bajé mi vista y saludé.











Se estaba sosteniendo de mi en un abrazo que era un tanto incómodo para mí, pero lo estaba viendo agonizar, tambaleaba como sí en cualquier momento se fuera a desmayar, tan débil. Lo estaba disfrutando hasta que lo ví reponerse, mantenía la mirada baja hasta que finalmente la alzó.

Sus pupilas tenían corazones rosados. Eso era muy extraño.

—Eres...Eres muy lindo Alastor—me abrazo con fuerza mientras restregaba su cara en mi cuerpo, no estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando.

—¿Disculpé?

—Dije que eres lindo, más bien bello. Taaaan bellooo—tenía una sonrisa boba y se negaba a dejarme ir, esto era demasiado extraño y era demasiado incómodo. —Te amo lindo— no esperaba eso, lo mire con terror, mis orejas se hicieron para abajo.

Esto era incómodo para mí, y de alguna forma, tengo miedo a que su supuesto amor por mí escale como sucedió con cierto overlord con cabeza de televisor.

—Bien majestad, suélteme ahora y luego hablamos sobre esto. —En realidad no volvería a hablar con él y me escaparía al séptimo anillo con tal de no tener que lidiar con otro sujeto enamorado.

—¡No quiero! —como último recurso se aferró a mi pierna, era como un niño haciendo berrinche por tener un juguete que vio en la tienda.

Por cierto, no puedo evitar pensar en cómo llegué a esta situación...solo hablé con él y le ofrecí ese-

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