Te gusta el papá de tu mejor amigo, y te tocará ser su madrastra por las buenas o por las malas.
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- ¡Ya basta! - Gritó tu amigable mejor amigo, Law. - ¡Deja de hablar de cora-san, es mi papá!
- Ay law, pero está muy bonito.
Intentaste argumentar a tu claro enamoramiento que tenías hacia el padre de tu emo favorito.
- No creas que me gusta que hables de mi papá de esa forma.
Law te miró molesto, pero no podías no evitar sacar a su padre. Era muy bello, era el típico príncipe que querías cuando eras niña.
- Bueno, esta bien, no hablaré de tu papá.
Law suspiró ya cansado.
....
- Law.
- ¿Qué?
- Si mi destino es ser madrastra, seré la mejor.
Una vena salió en la cara de law y recibiste un golpe en la cabeza.
- ¡Ey!
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Te encontrabas en la casa de tu mejor amigo, más específicamente en su cuarto. Estabas tirada en su cómoda cama, mientras él hacía algo en su escritorio.
-Law. - llamaste.
- ¿Ahora qué quieres?
- ¿Cuándo viene tu papá?
- No lo sé.
- ¡¿Cómo qué no lo sabes?! - Gritaste fuertemente. Habías ido a su casa para ver a su padre. Bueno, eso no se lo ibas a decir a Law. El pobre ya tenía suficiente con que le pidieras cada foto de su papá que tenía.
- Se supone que ya debería de estar aquí.- Te miró unos segundos para volver a hablar. -Tal vez vio a alguna muje-
Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando escuchó su puerta abrirse fuertemente, mientras tú gritabas algo de qué no permitirías que una gata se quedará con tu hombre.
Bajaste rápidamente las escaleras, yendo hacia la entrada de la casa cuando lo viste.
Cora-san estaba dejando las compras en la encimera. Tu cara se llenó de felicidad tan solo con verlo. Fuiste hacia donde estaba, tirandote a sus brazos.
- ¡Cora-san! - Él te devolvió el abrazo, acariciando tu cabeza.
- Oh, ¿Qué haces aquí, pequeña? Law no me avisó que vendrías.
Reíste por su sorpresa. - Fue repentino, teníamos que hacer un trabajo.
- Y no hiciste nada. - Te siguió law, estaba bajando las escaleras mirándote molesto.
