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Durante la noche que Enzo durmió con Clara, en donde literalmente solo durmieron, finalmente pudo cerrar los ojos y descansar. Ella lo abrazaba por la cintura, con su pierna encima de las de él, acariciándole el pelo y las mejillas.

— Me gusta esto —dijo él, sonriendo.

Era de mañana, Clara no había ido a su casa para trabajar, ya que él se había quedado con ella.

— ¿Querés desayunar?

— Sí, por favor, me muero de hambre —pidió Enzo.

La cocinera se fue de la habitación, dejándolo completamente solo sobre la cama. El jugador se estiró, aún un poco cansado. Clara apareció unos minutos más tarde, con un café en la mano.

— Si querés tostadas, vas a tener que ir a la cocina.

— En un ratito, gracias —dijo Enzo, tomando sorbitos de la infusión.

Los dos se quedaron hablando de cualquier cosa, Enzo no debía asistir al entrenamiento por su lesión, por lo que se quedaron en la cama. Luego el jugador se levantó y fue a la cocina en búsqueda de las tan ansiadas tostadas.

Se encontraba comiendo una, cuando Clara agarró una taza de café con leche para ella, y se fue a la ventana, mirando al exterior como se la había encontrado en varias oportunidades.

— ¿En qué pensás? —dijo el jugador, recordando las palabras que Clara le había dicho un día.

— Nada en particular, hoy no es buen día.

— ¿Por qué?

— Hoy es el cumpleaños de mi mamá —contestó Clara.

El jugador se acercó a ella, pasando sus brazos alrededor de su cuello por la espalda. Clara se recostó contra él, con los ojos cerrados.

— ¿Por qué no la llamas? Seguramente te va a hacer bien —dijo él, dándole unos besitos en la cabeza a Clara.

— No es lo mismo —explicó ella— Además mi familia es muy grande y hoy se juntan a festejar entre todos, y yo acá... tan lejos.

Enzo la entendía por completo, para él también había sido difícil dejar a sus padres, pero tenía más posibilidades de verlos que Clara. Entonces, interrumpiendo la conversación, aparecía una llamada en el celular de ella.

Clara atendió, sin mirar el nombre en la pantalla, pensando que se trataba de su madre. Sin embargo, era Cole.

— Clara, te tengo noticias —dijo el chico en inglés— Te conseguí otro trabajo.

— Ahora no puedo hablar, pero me interesa saber más, ¿te puedo llamar más tarde?

— Ok, espero tu llamada —y entonces Cole cortó.

Ella dejó escapar una sonrisa de tristeza, pero aún no era momento de decírselo a Enzo. Él no se sentía bien y una noticia como esa podría caerle mal.

— ¿Todo bien? —preguntó el jugador.

Clara asintió, acercándose a él nuevamente, abrazándolo. Compartieron un par de besos, que fueron escalando, hasta que eventualmente los dos terminaron en la cama.

Enzo se fue unas horas más tarde, sintiéndose vacío. No sabía si era normal sentirse de esa forma después de verse con Clara, pero con cada momento que compartían él no quería irse, o al menos, no quería que ella lo dejara.

Intento no pensar en eso camino a su casa, pensando en distraerse con cualquier cosa que lo trajera a la realidad. Entonces le llegó un mensaje de Flora, la modelo con la que solía verse, y aceptó su compañía.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Where stories live. Discover now