Trilogía Polvo Azul: Planeta Azul

CAPÍTULO 1

"S320. En posición", Jiayun (1) maniobró su nave de combate hasta su ubicación designada antes de informar a la nave principal.

"Espera", una voz fría y femenina sonó en el otro extremo de su auricular.

Miró a su alrededor. Los pequeños modelos de naves de combate recién importadas de la tropa se desplegaron como una red, todos apuntando en la misma dirección. Luego, las naves comenzaron a congregarse, creando una formación circular similar a un caparazón. Los acorazados brillaban con una tenue luz blanca que se reflejaba en sus elegantes superficies, asemejándose a la cortina de estrellas que se encontraba silenciosamente detrás de ellos. Esta fue una campaña de asedio. Todo lo que necesitaba hacer ahora era esperar y aniquilar.

La tropa de mercenarios contratados estaba formada principalmente por humanos. Esta raza en particular no poseía una inteligencia superior ni estaba excesivamente avanzada en su evolución. Sin embargo, lograron forjar leyendas a partir de batallas interestelares una y otra vez a través de sus tácticas impredecibles y la destreza única de cada uno de sus miembros en combate. Mientras tanto, estos mercenarios contaban con donantes generosos y poseían la tecnología armamentística más avanzada. Rara vez se encontraron con un rival que pudiera igualarlos en la última década y contando.

Jiayun abrió su casco y miró la galaxia que se extendía ante él a simple vista a través de la ventana. El universo parecía muy silencioso en ese mismo momento. Esas estrellas brillantes se encendieron solas. Incluso el más pequeño de los planetas albergaba la más volátil de las reacciones químicas. Tormentas furiosas; la corteza se abría y la lava brotaba de su interior. Pero para cuando todo esto se abría paso en el espacio, se reducía a un tenue resplandor, con más silencio que no.

De repente, un planeta azul claro que brillaba a lo lejos llamó su atención.

El color del agua.

Jiayun concluyó que sí.

La región que ocuparon era una "zona muerta"; Jiayun no esperaba ver un planeta azul con abundante agua aquí. Era un terrícola que no tenía noción del tipo de superioridad elitista y abandono desenfrenado que tenían los espaciales. Pasar año tras año en campos de batalla extranjeros sólo hizo que extrañara mucho más su hogar.

"Espero que la próxima batalla no llegue a ese planeta", deseó en secreto Jiayun.

Comparado con el índigo puro pero profundo de la Tierra, este tenue planeta azul parecía translúcido y suave como un trozo de zafiro semiopaco.

Un halo deslumbrante de repente apareció ante sus ojos.

Jiayun se bajó el casco. Sus enemigos estaban a punto de aparecer.

La dispersión desordenada del halo que flotaba en el espacio comenzó gradualmente a alinearse en filas de anillos en forma de tubos. La Puerta, rodeada de anillos circulares, comenzó a abrirse lentamente.

Cuando la penetrante luz blanca llegó a la frágil retina de sus ojos a través del filtro del casco, sólo pudo distinguir una forma plana y bidimensional. Aun así, la vista que tenía ante él era impresionante. Cientos de halos giraban a velocidades increíbles, produciendo un zumbido bajo al hacerlo. El espacio comenzó a abrirse donde estaba el centro del anillo y se pudo vislumbrar una vista diferente a través de su grieta. Luces caóticas de diferentes colores giraron rápidamente cuando fueron llevadas al interior de la grieta. La Puerta era como un agujero negro que intentaba absorber todos los hermosos colores que el universo tenía para ofrecer. Como un ojo gigante, poco a poco empezó a abrirse.

Pronto, el primer acorazado fusiforme (2) emergió de la Puerta.

Jiayun, como todos los demás, puso sus manos en la palanca de control y esperó en silencio las órdenes.