15 - Compañero de crisis existencial.

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Lucifer

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Capítulo 15

Había pasado una semana antes de que Chloe volviera al trabajo. Había utilizado el secuestro como excusa para tomarse unos días libres.

Durante esa semana, Maze no había vuelto a casa, alegando que tenía recompensas pendientes.

Y Chloe había estado hablando continuamente con Linda. Aquella mujer era un regalo de Dios... o tal vez no. Pero claro, ¿quién lo sabía ya? Desde luego, Cloe no lo sabía. En cualquier caso, Linda había ayudado a Chloe en todo lo que había podido. Pero incluso después de horas de conversación y de que la doctora la tranquilizara, Cloe seguía teniendo dudas. Miedos. Incertidumbres.

Diablos, estaba embarazada del hijo del diablo, ¡por el amor de Dios!

Eso en sí mismo era una píldora difícil de tragar. Pero no tenía más remedio que tragárselo. Por mucho que quisiera convencerse de lo contrario, ésa era su nueva realidad.

Estaba embarazada del Anticristo... Una frase que nunca pensó que se le hubiera pasado por la cabeza como un hecho literal.

Chloe tampoco había hablado con Lucifer en toda esta semana, pues necesitaba espacio para entenderlo todo.

Chloe acababa de aparcar el coche frente al parque donde se había descubierto el último crimen. Cuando apagó el motor, Chloe echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos e intentó calmar los nervios. No sabía si Lucifer estaría allí o no, pero la mera posibilidad de volver a verlo le producía todo tipo de ansiedad.

Pero sabía que en algún momento tendría que enfrentarse de nuevo al demonio. Estaba embarazada de él, no podía apartarlo de su vida por completo .... Aunque la idea se le había pasado varias veces por la cabeza. Pero las conversaciones de Linda la habían ayudado a alejar esa posibilidad.

Chloe abrió por fin los ojos una vez tuvo la respiración algo controlada y miró por la ventana. Bueno, se acabaron todos esos ejercicios tranquilizantes.

Aparcada a unos metros había una corbeta negra. Supuso que podía pertenecer a cualquiera, la corbeta de Lucifer no era la única que había por ahí, pero de algún modo lo dudaba.

Chloe se frotó el estómago con la mano derecha en un intento de consolarse. Pensó en marcharse. Marcharse y volver a la seguridad de su apartamento.

"¿Qué crees que debería hacer? preguntó Chloe a su creciente hija. "¿Deberíamos ir a ver a papá?"

Momentos después, Chloe sintió una patada contra la palma de la mano. La detective frunció el ceño y miró entre su estómago y la corbeta. Bueno, ésa era toda la respuesta que iba a obtener.

Chloe suspiró profundamente y abrió la puerta del coche. "Más vale que tengas razón". Refunfuñó al salir.

Chloe siguió el rastro de policías y cinta policial hasta que vio algo que la hizo detenerse en seco. Es curioso que una escena tan normal para ella se volviera de repente tan diferente al ver a alguien bajo una nueva luz.

Ella estaba ante el cadáver de un hombre de unos cuarenta años que llevaba una camiseta holgada, pantalones cortos y zapatillas de tenis. Ella estaba explicando las circunstancias de la muerte a su manera. A juzgar por cómo fingía ahogarse y convulsionar, Cloe supuso que la víctima había sido estrangulada o envenenada.

De pie, a varios metros de Ella, apenas a distancia auditiva, estaba Dan, garabateando los detalles en su bloc de notas.

Y luego estaba el hombre del momento. El mismísimo diablo. Estaba mucho más cerca de Ella que Dan y escuchaba. Tenía los ojos ligeramente vidriosos por el aburrimiento, como solía ocurrirle cuando alguien intentaba explicarle la logística.

Lucifer - Mi pequeña Estrella ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora