"No creas que todos estan muertos"

cap 1- un día más

"una mano suave acaricia mi mejilla, dándome esa paz que no había sentido desde hace tanto tiempo. Abro los ojos, en busca de aquella persona, pero a lo lejos veo una señora un tanto mayor, sus facciones cansadas y unos hermosos ojos cafés. Quiero correr hacia ella, quiero abrazarla. Quiero más de esa paz.

Intento moverme, pero mi intento resulta fallido, bajo la mirada y veo cadenas en mis piernas, brazos y abdomen. Comienzo a ver a aquella señora mucho más lejos que antes y el ambiente se va poniendo cada vez más oscuro. Comienzo a sentir que que falta el aire, las cadenas comienzan a apretarse más y más, llegando hasta mi cuello. Poco a poco me voy debilitando  y eventualmente pierdo la conciencia"

Despierto alterada. Desde que me tienen en cautiverio nunca he tenido una noche de paz, todas incluyen pesadillas que acaban en ataques de pánico.

Veo a mi alrededor, estoy en mi habitación. En cuanto Daniela me trajo aquí, lo primero que hizo fue encerrarme en una habitación sin ventanas, con una cama, un pequeño armario y un deplorable baño. Es mejor que estar atada, supongo.

Aún no sé que espera, tengo dos años aquí y lo único que he visto son niños menores de 9 años, algunas adolescentes de unos 13 o 14, para venderlas. Es triste la verdad, ninguno de sus familiares los busca, ¿Qué será de ellos?

Cómo aquí no tengo un reloj cerca, asumo que sigue de noche, por lo que vuelvo a dormir o por lo menos a intentarlo.

 
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Gritos fueron mi alarma al otro día, estaba acostumbrada a esto. Eran nuevos ingresos, siempre son escandalosos . Me paro al baño y pongo seguro inmediatamente. Hago mi rutina de higiene lo más rápido posible. La paranoia es lo único que no me ha dejado sola en estos años.

Me siento en la cama y espero. ¿Qué esperas? Preguntaran. Prácticamente, hay un señor que viene todas las mañanas, te encadena y te lleva a un intento de comedor que hay afuera.

La puerta se abre y veo a este hombre, no se sabe quién está peor de los dos. Unos ojos con grandes ojeras pero observan detenidamente, analizando que no lo vaya a atacar o algo similar, Ja.

Me paró bruscamente de la cama, y me lleva la manos a la espalda. No pongo esfuerzo en defenderme. Vamos a hasta el comedor y el olor a cigarro invade mis fosas nasales. Daniela se encontraba sentada en una de las mesas con sus "amigos". El señor me sienta en la mesa, y me amarra una mano a una silla, igual que a un animal.

Daniela me mira, y suelta una carcajada.

- Que carita traes hoy, alguien no durmió muy bien anoche- dice, mi mal humor se duplica pero no respondo, solo como en silencio, tan solo con las manos, no tengo permitido los utensilios básicos.

Ella se para y camina hacia mi, ¿Miedo? No, me repugna más bien. El asqueroso olor del cigarro se hace cada vez más fuerte, al punto de hacer una mueca.

- Creo que te estoy hablando, Celia. Eres igual de malhumorada que tu padre- Menciona, con una sonrisa en el rostro. Que mencionara a mi "padre" me quitó el apetito completamente.

- ¿Cuál padre? ¿Hablas del hombre que me arrebató de una familia antes de que siquiera me conocieran? jodete, Daniela, está muy temprano para molestar - Le respondo, haciendo contacto visual. Eso le molestó.

Un bofetada es lo que recibo como respuesta. Algunas gotas de sangre caen en los restos de mi comida y ensucian mi ropa limpia. Un silencio inunda el comedor.

- ¡Terminé!- grito, para que el señor de las cadenas venga a buscarme. Daniela volvió a sentarse, y a mí me llevaron de nuevo a la habitación.

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Mirando al techo insípido de mi "habitación" solo pensaba... ¿Cuánto durará este tormento? ¿Moriré aquí?

Al fin de cuentas, lo creerán intenso, pero esto solo fue un día más de lo que se convirtió mi vida después de aquella tarde.

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¿Han oído esa frase de "la escuela mata talentos/artistas"?