†Capitulo 3†

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Capitulo 3: Una Apuesta con Di Ángelo

Katie llevaba  varios días tratando de averiguar cual era la isla en la que posiblemente se podría encontrar su hermano. Cuando volvía a soñar con eso, amanecía de buenas y podía mantener su alegría viva por todo el día, aunque aun estaba sensible y si algo la irritaba su humor no volvería a como estaba antes.

Así que Katie decidió pasar el día en el Bunker, investigando sobre la isla de su sueño y teniendo el Bunker lleno de mapas, siendo imposible no caminar por el lugar y pisar alguno. Cada vez que se daba cuenta del desastre que era el Bunker solo suspiraba y seguía con lo suyo.

Después lo limpiaré —se decía cada vez.

Jason merodeaba cerca de el Bunker buscando a Katie, ya que tenían que entrenar y ella había encontrado la forma de no asistir a ellos desde hace días. Todo eso empezó al siguiente día de la revelación de Katie, cuando ella, Percy y él se habían propuesto entrenar a Katie y que recobrara la resistencia que tenía y estar preparados.

Cuando Jason estuvo enfrente de la puerta del Bunker se preparo para pedirle a Katie de manera tranquila ir a entrenar o por si se resistía y tendría que hacer uso de su fuerza para sacarla de ahí, porque si amabilidad se agotaba cada día que lo dejaba plantado.

Finalmente abrió la puerta con sigilo dando paso al desastre que se encontraba en su interior y dándole el reto imposible de no llamar la atención de Katie al pisar algún mapa, aunque también tenía la ventaja que ella estuviera muy concentrada en sus asuntos y pudiera ubicarse detrás de Katie y asustarla.

Porque claro, Jason no desperdiciaría la oportunidad de hacerle una pequeña broma ahora que el humor de Katie había mejorado considerablemente.

—¿Que piensas de esto Jasón?—Katie volteo a ver a Jason, quien dio un pequeño brinco cuando habló.

La bendición de Hades venía con cosas bastante raras, pero útiles, como poder sentir auras, aunque estas tendrían que estar a poca distancia de ella.

—¿Cuándo te diste cuenta de que estaba aquí?—dijo el rubio sorprendido.

—Recuerda, bendición de Hades—Katie regreso mirada al mapa—Aparte, no aguantabas bien tu risa ¿Quien no se daría cuenta?

—¿Quieres ir a entrenar?—Jason pregunto en un intento apresurado de cambiar el tema.

Katie lo pensó un poco y finalmente acepto—Esta bien ¿Por qué no tomar aire fresco?—y la verdades que empezaba a ver todos los mapas iguales y eso era un gran problema.

Al llegar a la arena cada uno agarró una armaduras y alisto su arma. A Katie le gustaba mucho la suya, era de doble filo y de un color rojo oscuro, hecha de bronce celestial y lo suficientemente ligera para ataques rápidos, pero que aun y con la fuerza indicada pudiera dar ataques fuertes, teniendo un largo de 65 centímetros .

—¿Listo mi pequeño rubio?—Katie, con una sonrisa, apunto su espada a Jason.

—Listo, flamitas—Jason imito su acto.

Katie ataco primero al querer partir en dos la pechera de Jason y siendo detenida por el mismo, para después tener que dar unos pasos atrás al ver que el ataque de Jason venía muy cargado. Katie no acostumbraba atacar primero, pero su nerviosismo la impulso a ello cuando pensó en que Jason podía desarmarla en un solo ataque.

Mientras Jason tomaba terreno, Katie hacía lo que podía para atacarlo y bloquearlo consiguiendo poder hacerle unos cuantos cortes menores, mientras que él seguía con sus estocadas cargadas y ella con menos fuerza en los brazos.

La chica Valdez |Nico Di Angelo| PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora