𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐀𝐘 𝐎𝐔𝐓 ━━━ 𝘁𝗵𝗲 𝗺𝗮𝘇𝗲 𝗿𝘂𝗻𝗻𝗲𝗿. [ Newt ]

──❲ :🍍: ❳, , 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼.

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┃ CAPÍTULO CUATRO:
unas nuevas amigas.

*

Salimos entonces de la cabaña de las Vienadas, o en otras palabras, las enfermeras del lugar. El caso, una brillante luz es la protagonista del cielo y mientras camino al lado de Dayana, me encuentro rodeado de mujeres que me observan con curiosidad, algunas con sorpresa y otras con desconfiada. Puede que crean que lo sucedido de ayer fuera un simple sueño, hasta darse cuenta de que no al verme atravesar los campos.

Me siento extraño, como si estuviese invadiendo un mundo en el que todo parece tener sentido menos yo. Y me da la sensación de que tendré que poner mucho de mi parte para ganarme algo de simpatía y confianza de estas chicas.

Dayana camina a mi lado, radiante y segura de sí misma. Me pregunto cómo ha llegado a tener tanto poder en este lugar y qué la hace tan especial para liderar a todas estas mujeres. ¿Cuál es su historia? ¿Qué la ha llevado a convertirse en la líder de este misterioso grupo?

La chica entonces señala las distintas cabañas ubicadas en cada lugar, de distintas formas y tamaños. Me sorprende la organización que hay, a pesar de la falta de estructura externa. Al parecer, las chicas tienen asignadas distintos tipos de tareas, desde la agricultura hasta la caza, y trabajan juntas para mantener el lugar en pleno funcionamiento; como digo antes Dorada, como una piña debe de ser.

—Comemos, y dormimos en las cabañas que ves a la vista. Pero como te mencioné ayer, tú dormirás conmigo, debido a que es lo más seguro. —Señala una más a distancias, donde varias chicas de mangas cortas están partiendo madera por la mitad—. Cultivamos la comida, aunque la Caja nos da lo vital. Pero sigue sin ser suficiente, por lo que tenemos que encontrar la manera de prevalecer nosotras mismas. 

—Algo me ha mencionado Shay... El Constructor, la Caja... ¿Sabéis quienes son realmente?

Pero ella niega, acomodándose la daga de su cintura.

—No vale la pena. Nadie de nosotras lo recuerda y por lo que a mí respecta, es suficiente con saber qué somos algún tipo de conejillos de indias. Pero no por ello, nos dejamos afectar. Esta es nuestra vida y mejor aprovecharla, ¿no crees?

Asiento lentamente, dándome cuenta claramente de su inconformidad ante el tema. Le doy la razón, notando un poco de rabia nacer  en mi estómago. Supongo que debo relacionarlo con mi pasado, ese que no puedo recordar. Así que termino dejándolo a un lado.

Luego llegamos al centro del Área, en dónde básicamente se puede observar una extensa cabaña hilada de maleza de hojas, impone de alguna manera. Señalo la cabaña, con una pequeña duda.

—¿Esa es tu cabaña, Dorada? —Pero ella me golpea un brazo, negando.

—Esa cabaña es en donde se reúnen las Mandamases, es decir, las chicas que lideran cada sección para tratar algún tema importante. Nunca decido nada sin la opinión de ellas. —Eso me parece algo entrañable, y de alguna forma, muy familiar.

Vuelve a golpearme un latigazo en la cabeza y me duele un poco. Evitando la intensa mirada de Dorada, trato de que no vea que mis dedos índices se la masajean imperceptiblemente. Ella vuelve a hablar.

—Pero tranquilo, en caso de que nunca cometas un error, no tendrás que ser juzgado por ellas. —Me sonríe, pero no le llega a sus ojos morados.

Estos brillan emocionados y creo que esa es una de las partes de su trabajo que más interés le da; a lo mejor, porque piensa que al final resultaré un problema y puede que la idea de castigarme, le resulte excitante, no lo sé. Pronto desaparece, y cuándo nos adelantamos a una especie de torre de madera, envuelta en raíces, una voz se escucha a nuestras espaldas.