𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐕𝐀𝐘𝐀 | 𝐉𝐉𝐊

❚ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎

─Jungkook, esto es muy mala idea.

El pelinegro estaba cansado de escuchar salir la misma frase de la boca de su mejor amigo. Sus manos apretaron el volante del auto con molestia, sus nudillos se tornaron blancos por la presión.

─Sabes que lo que digo es cierto, Kook.

─Sí, esto está mal, lo sé, ¡Lo sé! ¡Maldita sea! ─detuvó el auto ante el semáforo en rojo─, pero sentir esto que siento, me está haciendo mierda, Taehyung.

─Sólo estás siendo un jodido impulsivo de mierda.

Jungkook se mantuvo en silencio. No quería iniciar una discusión con el castaño, al menos no mientras estaba conduciendo.

La noche apremiaba con un buen ambiente y las luces neón de los locales y tiendas decoraban de forma preciosa Seúl.

El pelinegro apagó el motor de su vehículo, tomando por sorpresa a su copiloto.

─¿Por qué te detuviste? ─Tae cuestionó de inmediato.

─Ha-yoon.

El castaño miró en dirección a donde estaba dirigida la mirada de su mejor amigo, sus ojos se abriendo por la sorpresa de aquella imagen. Aunque el lugar era alumbrado por luces tenues, ambos lograron reconocer a la femenina.

Ha-yoon, la novia de Jungkook, había entrado a un motel con un hombre totalmente desconocido para ellos.

Taehyung observó de reojo como el pelinegro se desabrochaba su cinturón de seguridad, así como también la brusquedad y el enojo al hacer está acción. Sabía lo que él quería hacer, y sabía como terminaría si lo dejaba.

─No, Kook ─sostuvó el brazo del menor deteniendolo con rapidez─. Sé que ahora estás sintiendo un enojo demasiado enorme, así como también una decepción dolorosa y horrible, pero no es el momento, ni el lugar, y tampoco estás bien para hacer algo ─Jungkook, lo escuchó atentamente sin dirigirle la mirada y sin decir palabra alguna─. No quiero que hagas una estupidez mayor, de la cual sé que vas a arrepentirte después.

Jungkook colocó sus manos en el volante nuevamente, apretandolo con toda su fuerza, logrando que un color blanco predominará en sus nudillos.

Su mente se encontraba en un estado de completo shock.

─¿Puedo quedarme en tu casa hoy? No quiero... Verla ─hizo una pausa para tragar saliva─. No puedo.

─Sabes que si, ni siquiera hace falta preguntar.

El pelinegro asintió con la cabeza, prendió el carro, y dió una última mirada al motel donde vió a su pareja entrar con aquel sujeto. Seguir ahí le estaba haciendo muy mal, recordar eso lo estaba destrozado. Arrancó el vehículo para alejarse del lugar.

Sin embargo, desde un principio sabía que el que busca encuentra.

Las botellas de soju y cerveza estaban enfiladas sobre la mesa del living. Taehyung y Jungkook habían bebido juntos al llegar al departamento del mayor.

El pelinegro necesitaba con urgencia olvidarse aunque sea unos minutos de su novia. Sin embargo, no podía, la última imagen que tenía de ella con otro le era imposible sacarsela. Aunque Tae ya no estuviera acompañándolo, él seguía sentado en el sillón, sumido em la oscuridad del living, la luz de la luna que entraba a través de ls ventana era lo único que lo iluminaba.

─Kook, deberías irte a dormir ─escuchó la voz de su mayor desde el pasillo─. Ya es tarde.

─Sí, solo necesito unos minutos más, por favor ─pidió sin mirarlo. Su voz se escuchaba apagada. Aunque Taehyung estaba preocupado, sabía que el menor necesitaba tiempo para desahogarse.

No dijo nada más para luego regresarse a su habitación dejándolo solo, nuevamente.

Jungkook tenía la mirada pérdida en la nada. Las imágenes de de su novia entrando a aquel motel se repetían una y otra, y otra vez.

─¿Por qué Ha-yoon? ¿Por qué lo hiciste? ─murmuró sintiendo como un nudo se alojaba en su garganta.

Su celular empezó a vibrar anunciando la entrada de una llamada, sabía de quién se trataba. Aunque al principio la ignoro, fue al cuarto intento que la atendió.

─Jungkook, ¿Dónde estás?

El pelinegro se mordió el labio evitando soltar todo con la brusquedad con la cual quería hacerlo. Quería gritarle y maldecirla, pero no podía. Su corazón dolía.

─Jungkook, respóndeme.

─Estoy con Taehyung.

Fue lo única frase que pudo formular, tampoco quería hablar de más.

─¿Vendrás a casa?

─No.

Un silencio extraño se formó entre ambos.

Jungkook no era capaz de hablarle. Tampoco quería hacerlo, estaba enojado y decepcionado.

─Cariño, ¿Estás bien?

El pelinegro sonrió amargamente al escuchar como ella lo llamo.

─Sí, estoy bien.

─¿Estás seguro?

No, pensó. Sin embargo, no lo dijo.

─Me quedaré con Taehyung, no me esperes. Nos vemos luego.

─De acuerdo, nos vemos luego. Te amo.

Cortó la llamada, dejó su móvil a un lado suyo y se acostó en el sillón mirando al techo.

Se sentía miserable. Las palabras dulces de ella ardían más que cualquier otra cosa.

Él estaba roto, ella lo había roto.

─Maldición, Ha-yoon.

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