Capítulo 12

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Addison

Estaba tan feliz... al fin iba a verla después de un año, la última vez que la había visto había sido hace un año, antes de irme a Londres, no se lo había tomado muy bien, aún recuerdo como lloraba...

Baje del coche después de seis horas de viaje y me encamine a aquel parque donde sabía que me esperaba la trabajadora social, yo de verdad esperaba que ella no me odiara por irme tanto tiempo, había hablado con ella por teléfono un par de veces, me lo habían permitido mientras que estaba fuera del país en vez de las visitas y había sido bastante reconfortante.

Cuando llegue hasta la trabajadora social vi como aquella niña rubia de ojos azules soltó un chillido agudo solo para salir corriendo hacia mi, ella se enganchó a mi pierna y yo la abracé tan fuerte como pude sin hacerle daño.

—Las esperaré aquí a las siete, ni un minuto mas, Addison— Dice Sienna, la trabajadora social que se encargaba de monitorear las visitas conmigo

—Claro, a las siete estará de regreso

Tome a aquella niña en brazos, tenía un vestido horrible, parecía de muñeca, sabía que no le gustaban esos vestidos, yo también los odiaba...

—¡Maddie! Enana, ha sido tanto tiempo—Le digo y ella asiente aferrándose a mi cuello

—¡Te extrañé, Addie!—Dijo ella de manera dulce

—Yo también te extrañé muchísimo, diablillo

—¿Ha venido Nick contigo?—Me pregunto con una sonrisa y yo niego

—No, cariño, sabes que no nos dejan venir a visitarte juntos, pero tranquila, Nick vendrá pronto, hoy tenemos muchas cosas que hacer—Le digo con una sonrisa y ella asiente

—¿Vamos a ir por ese helado de menta que me prometiste? Y luego podemos ir a la dulcería, por favooooor

—Maddie, sabes que no puedes comer tanta azúcar, te puede hacer daño, hagamos una cosa, esta vez vamos por el helado de menta y cuando venga Nick le dire que te lleve a la dulcería para que escojas el dulce que más quieras ¿te parece?

—Vale... es un trato—Me dice y yo asiento

Cuando llegamos al coche y la acomode en su silla noté como tiraba del cuello del vestido, se veía tan incomoda...

—Oye, Maddie, ¿Quieres que vayamos de compras?—Le pregunto y ella asiente con una sonrisa

—¡Si! ¡Vamos de compras!—Chilla ella y yo sonrío

Cuando Nick y yo la visitábamos solíamos comprarle todas las cosas que sabíamos que mamá jamás le daría o le dejaría usar, era nuestra manera de compensarle no poder estar con ella siempre

Unas horas después, luego de comprarle cosas, entre ellas el helado de menta fuimos a un parque, ella quería probar sus nuevos patines así que la lleve a pasear un rato, sabía que no nos quedaba mucho tiempo y aunque quisiera quedarme con ella sabía que no era posible, era parte del acuerdo, no podría volver a verla si llegaba tarde a dejarla.

Ella dio vueltas sin parar por el parque con sus nuevos patines, le había comprado unos shorts y una playera de basquetbol, sabía que lo amaba y estaba mil veces más cómoda así vestida. Mientras estaba sentada en un banco viendo a Maddie una señora se sentó a mi lado.

—¿Es tu hija? Te ves muy joven... tu esposo tiene mucha suerte de tenerlas a ambas—Dice ella con una sonrisa y yo niego

—En realidad es mi hermana menor, no estoy casada y tengo diecinueve, pero gracias—Le digo amablemente y ella asiente

Si amar es un delito\𝕮𝖚𝖑𝖕𝖆 𝕸𝖎𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora