𝟎𝟖 | My Favorite Twins

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CAPÍTULO OCHO
MIS GEMELOS FAVORITOS

La oscuridad invade su campo de visión al abrir los ojos

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La oscuridad invade su campo de visión al abrir los ojos. Sin la más mínima idea de dónde se encuentra, Leah camina en línea recta.

Lo último que recordaba antes de aparecer en aquel lugar era estar en su habitación en el Instituto, así que estaba realmente confundida.

De pronto, el escenario cambia y el lugar en el que se encontraba ahora solo la dejaba más confundida. Era una especie de sótano, o al menos ella creía que lo era.

Su confusión continúa creciendo cuando escucha su propia voz cerca del lugar, por lo que no duda en correr en aquella dirección, esperando encontrar respuestas.

Por un segundo creí que eras un demonio — suspira con alivio.

— No, solo soy yo — tranquiliza Alec — ¿Tienes la Copa?

— No, la tiene Clary. Era lo mejor. No podemos estarla rotando entre todos con esos cambia formas por ahí.

— Tienes toda la razón, podría acabar muy mal.

— ¿Y los demás?

— No lo sé. Me separé de ellos para buscarte, pero supongo que ya deben haber salido. Deberíamos hacer lo mismo. Yo mismo quiero poner a salvo la Copa.

— Lo que digas — accede Leah antes de llevar una mano a su bolsillo — Espero que sea alguno de los chicos — suspira, dando a entender que su teléfono vibraba, pero en lugar del dispositivo termina sacando y activando su espada serafín, atravesando el abdomen de Alec con ella — ¿Crees que puedes engañarme, maldito demonio?

— Leah... — murmura llevando una mano a su abdomen mientras comienza a botar sangre por la boca.

— ¿Alec?

Line... ¿Qué rayos...?

La Shadowhunter suelta el mango de la espada mientras mira con horror lo que acababa de hacer.

— Alec... — llama con la voz cortada mientras él cae al suelo — ¡Alec! — se agacha a su lado — Lo siento... ¡Lo siento! Creí que eras un demonio y... ¡No, no, no! Esto no está pasando... ¡Quédate conmigo, por favor! Alec... ¡Alec!

~•●•~•●•~•●•~•●•~•●•~

— ¡Alec! — grita despertando asustada, alterada, confundida, triste y aterrada al mismo tiempo.

— Aquí estoy — habla el pelinegro, quien se encontraba sentado al borde de la cama — ¿Estás bien? ¿Qué tienes?

— ¿Qué...? — cuestiona más confundida aún — ¿Qué haces aquí?

𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 [Alec Lightwood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora