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La sonrisa en el rostro del castaño no cabía en su rostro de tan grande que era. Estaba rodeado por los brazos del rizado y sus aromas danzaban mezclados en el aire.
La noche anterior habia sido una total locura y hoy se sentía satisfecho, tan solo esperaba que el rizado abriera sus ojos para poder hablar con el de lo ocurrido y tal vez hacer realidad sus sueños.

Antes de poder lograrlo, debía ir a el baño con urgencia. Así que como pudo se deshizo de los brazos que lo mantenían preso y se sentó a la orilla de la cama bajando sus ojos a su cuerpo desnudo y lleno de marcas.

A sus pies, el celular que sonaba llamó su atención, decidiendo levantarlo para dejarlo en la mesita de noche a su lado. Pero el mensaje que iluminó la pantalla logro borrar su sonrisa por un dolor que punzó en su pecho.

Zee

"Te vi llevandote a 'el feo', que bajo has caído hermano"

"¿Te lo estás tirando?"

"¿Es tan feo en la cama como lo es su cara?"

"Haaaazzzz"

"Contesta, idiota"

Sus ojos se aguaron y con su mano tapo su boca para evitar que su llanto despertara a el alfa que aún dormía en la cama.

El dolor en sus piernas y tracero no le impidió vestirse y salir de ese lugar lo más rápido que pudo, con sus pertenencias en mano. Ni se molestó en saludar a la recepcionista, lo único que atinó a hacer en ese momento fue salir corriendo para irse a la casa de su madre.
Tendría el tiempo suficiente para recuperarse y volver el lunes a su trabajo como si nada hubiera pasado.

Mientras abordaba el taxi que lo llevaría lejos de allí, llamo a Niall para que no se preocupara por su ausencia.
Todo se había ido a la mierda más rápido de lo que hubiera imaginado.

Que Iluso había sido.

El dolor punzante en su cabeza tras abrir los ojos y dar de lleno con la claridad de la mañana lo hizo gruñir con molestia

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El dolor punzante en su cabeza tras abrir los ojos y dar de lleno con la claridad de la mañana lo hizo gruñir con molestia.
Nunca había tomado tanto a el punto de no recordar cómo mierda había llegado hasta esa habitación.
Era claro que no era la suya.

Tomó asiento agarrando su cabeza, queriendo recordar algo de la noche anterior, pero solo pudo recordar el tacto suave sobre su pecho y unas piernas torneadas rodeando su cintura. Todavía sentía el calor del cuerpo ajeno sobre el suyo, montandolo tan deliciosamente que dolía no recordar a dicha persona.

Se dejó caer sobre la cama nuevamente, frustrado, enterrando su rostro sobre la almohada a su lado, quejándose sobre ella. Luego de un momento, y aspirando el aroma que vagamente logro encontrar en ella, sus ojos se abrieron con desespero.

El aroma de Louis estaba allí y no solo en la almohada que ahora no quería soltar, sino también entre las mantas y su propia piel.

"Mierda" gimió más frustrado que antes. Lograba recordarlo llegando a el lugar con ese maldito traje entallado a su hermosa figura, recordaba a ese alfa rubio no apartarse de su lado y a el mismo guñiendo reclamando por que estuviera a su lado y no junto a el ojiceleste.

Mi Secretario PerfectoWhere stories live. Discover now