No sé a dónde iremos, tal vez nunca salgamos y juntos dormiremos, no quisiera que sea en vano.
No te atreverías a volver con las manos vacías, te fuiste, no mentiste al decir que llorarias y al tenerte nuevamente se que fué la vida mía.
Esa que siempre te llevaste y que de ningún otro modo me pertenecía. Cómo consecuencia de toda aquella alegría una lágrima corriendo hacia ti me dirigía.
YOU ARE READING
El tesoro de Atenea
RandomLes traigo un detallito a las personas que aman la poesía y los escritorios cargados de emociones. El tesoro de Atenea te espera así que ve por el y no te detengas por nada de este mundo. ( Se actualizan todos los miércoles y viernes así que atento...