Mamoncito

988 93 66
                                    

Allí, entre su propia miseria se estaba ahogando Tom. Había salido huyendo de la casa de Nick y Alec ni apenas escuchó las terribles y crueles palabras de Jake, pues no quería escuchar ni una más.
Estaba muy seguro de que Jake quería que él escuchara eso. Tal vez significaba que ya nunca volvería. Vaya imbécil que era.

Ahora comprendía que Jake sí tenía a alguien más, siempre lo tuvo.

Por más que pensara no dejaba de culparse a sí mismo. Un poco a Jake, siendo sinceros, pero más a él mismo. Siempre a él mismo.

Ni bien entró a su casa y se tumbó a su sofá, rendido y con nada de energía. La poca que le quedaba la utilizó para llorar con amargura, pues era lo único que se le ocurría hacer en ese momento.
Se veía un demasiado patético a su parecer, y era justo así como se sentía.
Patético.
Pensar que antes creía que Jake lo esperaría toda la vida le parecía absurdo. Era un tonto. Jake también lo era.

—Soy un imbécil —habló para sí mismo, entre sollozos. Ni siquiera estaba seguro de qué es lo que sentía. Pero sea lo que sea no quería ver a Jake con alguién más. O dicho de mejor forma. No quería ver a Jake lejos de él, no más.

No pararon ni cinco minutos desde su llegada cuando escuchó como alguien tocaba la puerta con fuerza. De mala gana y sin ánimos decidió pararse a abrirla, no sin antes limpiar rastro de melancolía en su rostro con las mangas de su sudadera.
Al ver de quien se trataba no pudo evitar llorar nuevamente. Pues frente a él estaba una persona que estaba muy seguro se burlaría de él.

—Guau, amigo... —Alec miró alrededor buscando ayuda, pues la imagen que lo recibió era peor de la que esperaba, al no encontrarla se atrevió a entrar y arrastrar a Tom hasta el sillón. Tom simplemente se dejó arrastrar—. ¿Estás bien?

—¿Istis bin? —imitó con ironía—. Estoy como la mierda, ¿no se nota?

—Entonces me voy.  Que te den o algo. Se ve que te falta.

—¡No! —lo interrumpió antes de que este se lograra parar del sillón—. Perdón. Por favor, quédate.

Y Alec lo hizo, aunque no sabía muy bien el porqué. Se quedó junto a Tom en silencio lo más que pudo, lo cuál no fue mucho. Aunque se consideraba un hombre de paciencia sentía que las cosas habían cambiando hacía ya un tiempo. Sobre todo cuando conoció a Nick. Un tanto difícil de tratar, si se lo preguntan.

—¿Por qué lloras si tú lo mandaste al carajo? —cuestionó Alec. Tom lo miró algo molesto analizando un poco la pregunta. Por más que no lo quisiera sabía que era la fría verdad verdad.

—No lo sé, me siento demasiado confundido.

—Deberías hablarlo con un amigo o alguien de confianza—insinuó y se levantó para por fin marcharse—. Yo debería irme. Mira la hora, a esta hora sale el cucu.

—No tengo amigos.

—F. Bueno, ya me voy. Solo quería ver que llegaras a casa y no te mataras o algo.

—¡Espera! ¿Puedes quedarte? —Se levantó del sillón quedando a la misma altura que Alec—. No quiero estar solo...

—Pinche vato pendejo... Ush. Bien —Se volvió a sentar, no sin antes presionarse los senos paranasales. Lidiar con esta clase de personas le acusaba demasiado estrés y algo de dolor en de cabeza—. ¿Quieres contarme tus problemas homosexuales o algo así? —Tom asintió y Alec lamentó a lo bajo—. Tienes quince minutos. No más.

—Nick me lo ha preguntado antes, pero no sé si aún... Siento algo por Jake —Se detuvo un segundo para mirar a Alec, pues no recordaba haberse abierto así para alguién desde hace mucho tiempo, este lo miraba con cara de aprobación, así que siguió hablando—. No dejó de pensar en lo que le dije ese día, y juro que estoy inconforme con mi respuesta. Pienso que le caigo mal a tu amigo porque parecí un depravado sexual, o algo así y...

Mi Lugar Correcto [Tom X Jake]Where stories live. Discover now