48

1.3K 237 219
                                    

















Medio pelo, aviso.




















































—Mira quién está ahí...—

Enzo tecleo una respuesta rápida para Julián y guardo su celular en su bolsillo, miró a Luca levantando las cejas para transmitirle su confusión al no saber de qué hablaba, su mejor amigo sonrió de lado y apuntó disimuladamente con la cabeza hacia su izquierda.

Sus ojos vagaron con un sutil de simuló por todo el boliche hasta que chocó con esa mirada fría, Joaquín estaba ahí. Apartó la mirada al instante, decidido a ignorar al omega quien le había mandado varios mensajes unas horas antes preguntando si iba a ir al boliche.

No contestó ninguno. Demasiado ocupado en el trabajo, demasiado ocupado extrañando a su omega. No quería saber más nada, lo de aquel chico fue solamente para desquitarse el dolor y bronca que había sentido esa vez que lo dejaron solo, un despecho y ahora lo último que deseaba es que las cosas con Julián se arruinaran por una boludes.

—Me voy yo.— Dijo. Acercándose un poco para que el alfa más bajo lo escuchara quien al hacerlo hizo un montoncito, claramente sin creerle.

—¿A dónde? dale gato... nos vas a dejar tirados.—

Enzo giró los ojos al oír los silbidos de sus otros amigos en la ronda. Quería irse callado sin que se dieran cuenta porque sabía que lo iban a empezar a romper las pelotas.

—Que loro que sos Enzo, nos vas a dejar para irte a cojer por ahí.— Eze habló, la risa de Nicolás lo acompañó.

—Cerra el culo. ¿Sos mi mujer que te tengo que dar explicaciones?.— Ezequiel volvió a reír, dándole un sorbo al trago que tenía en sus manos. —Y pero vinimos juntos y nos vas a dejar tirados, quedamos asi.—

Pasó una de sus manos por su pelo un poco irritado por estar todavía ahí tenía un viaje hasta la casa de Julián y de ahí hasta la suya, era poco el tiempo que tenía para verse con su amor y no quería desperdiciarlo con nada.

Lo extrañaba demasiado.

—Me voy a dormir con mi omega... nos vemos después.—

Ellos entendieron al instante, estaban al tanto de todo el drama porque Enzo toda esa semana estuvo insoportable en el grupo quejándose de lo mucho que lo extrañaba y necesitaba al castaño, sus amigos estuvieron ahí consolándolo y descansándolo.

Así que no negaron su mano a la hora del saludo. —Cuídate, gil.— Asintió, guardándose algún comentario por el tono tan dramático de Luca.

Comenzó su andar entre la gente. Dando casi toda la vuelta para no cruzarse con aquel omega, sus manos comenzaron a picar de la ansiedad y ya podía imaginarse el momento en el que tendría a su sol nuevamente en sus brazos, iba a tratar de convencerlo para que se quedara junto a él durante todo el domingo, aunque lo veía imposible sabiendo la situación de Julián.

Un suspiro salió de sus labios cuando al fin el viento frío le pegó en la cara. Antes de salir le dio una mirada a los dos alfas que cuidaban la entrada, eran las tres de la mañana recién por lo cual mucha gente recién caía al boliche, giró para su izquierda chocando con una cola bastante larga de personas por ingresar, rebuscó en sus bolsillos las llaves y cuando las encontró la sacó.

Caminó sin mirar para los lados, con su porte serio y el mentón en alto. Cuando llegó a la esquina, los vio. Empujó la lengua contra su mejilla interna y cruzó la calle sin miedo, podía ver a unos metros la camioneta que le pertenecía a su papá pero que ya se había convertido en suya.

ECLIPSE.  AU/ Julián x Enzo. PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora