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- Finalizando descarga de datos... Completa... Bienvenida a Eli IA, Raven Rou - Dijo una voz femenina programada en el cerebro de la chica.

Raven, con una jaqueca horrible se despertó y notó las cadenas que la ataban a un cuarto oscuro.

- ¡CHRISTOPHER! - Gritó desesperada, buscando en algún lado a la única persona que la acompañaba.

Un movimiento brusco hizo que se moviera de un lado a otro, Pero el silencio seguía inundando la habitación.

- ¡Cristopher! - Volvió a llamarlo, pero solo podía pensar lo peor al ver que no contestaba.

Otro movimiento aún más brusco, abrió una grieta que dió hacia las afueras.

Entonces, pudo escuchar gritos, gruñidos y ver a todas las personas corriendo por su vida, aunque Raven no sabía exactamente porqué.

- ¡Más rápido! ¡Más rápido! - Gritó uno de los conductores al ser perseguidos por algo... O, por alguien.

Entonces, Raven hizo su máximo intento por moverse, tratar de averiguar que sucedía.

El transporte dónde era transferida se frenó de golpe, lo que hizo chocar con una de las paredes de la caja.

- ¡Sal de ahí, INMEDIATAMENTE! - Ordenó uno de los enmascarados, quien la sacó de la caja. Pero, no la liberó de sus cadenas.

Raven miró a su alrededor y el miedo la consumió, la noche y las luces que caían lentamente, la hicieron sentir tan débil e indefensa.

Todo se caía a pedazos, disparos, gritos y llantos, todo parecía ser un caos y no solo eso, sino el terror que nadie pudo haber imaginado.

- ¿Dónde está mi hermano? - Preguntó Raven al acercarse al conductor.

- ¡No lo sé! ¡Lárgate de aquí! - Se quejó mientras le temblaban las manos.

La voz de la chica de ojos blancos desapareció, un vacío se albergó en su pecho y su mente solo la envenenó, dominando el pensamiento de la muerte misma.

Pocos segundos después de tener la mente en blanco, una criatura casi humana que empezaba a cojear se acercó al conductor.

- Ayuda... Necesito ayuda - Era una mujer que tenía un bebé en brazos y por su apariencia, ella no lucía muy bien.

- ¡Por Lysandra! - El conductor sacó un arma de su bolsillo y apuntó a la mujer.

- ¡No, por favor! ¡NO ESTOY INFECTADA, POR LO QUE MÁS QUIERA NO-! - Las súplicas de la mujer no bastaron para salvarla de las garras de la muerte.

El llanto del bebé hizo que Raven se quedará estática, había visto, quizá, su evento más traumático hasta ese día.

Las palabras de Cristopher saturaron la cabeza de Raven.

- "¡Te dijo que quería regresar a casa!... ¡Y TÚ NO HICISTE NADA!" - Esas palabras golpeaban y apuñalaban cada parte de su cuerpo.

Pero... Aún no sentía remordimiento, no sentía culpa, sólo fue impactante.

- ¡Toma ésto y vete a la guarida! - El hombre le entregó el arma a Raven y ella solo pudo quedar muda. - ¡YA! -

El GPS actuó de forma inmediata a las órdenes del hombre enmascarado, marcó la ruta y los pies de Raven se movieron por si solos.

Corrió lo más rápido que pudo, ignorando todo a su alrededor y con el corazón agitado.

Todo su miedo la consumió, ella solo quería volver a ver a Cristopher.

Coronas, rosas y espinasWhere stories live. Discover now