Mi volcán

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Mis pensamientos ya no riman desde que te fuiste de mi lado. Solo me queda ese atardecer cuando escuchamos al viento bailar entre las hojas, escondidas las dos entre esa sombra, y del mundo.

Cada tarde me acuerdo de cómo me sentía en aquel entonces, cuando todo empezó a florecer y me fui de vacaciones.
Esa isla volcánica y todos sus rincones me hacían pensar en ti.

El sol brillante, el horizonte, la arena negra y cómo se erizaba mi piel cuando me hundía en el agua transparente.

Mientras el volcán de esa isla se mantenía apagado después de tantos años, yo me sentía justamente al revés.
Estuve apagada, con esa nube gris sobre mi coronilla que no me dejaba ver el horizonte. Y llegaste tú con la melodía de tu risa y con el calor que emanaba de tus manos cada vez que me tocabas, y estalló.

Mi corazón erupcionó y dejó salir todo ese calor que merecías que te regalaran.

Por eso cuando aterricé de nuevo en la puerta de tu casa te regalé un pedacito de esa playa que me hizo sonreír al pensarte.
Ese botecito no solo guardaba un poco de arena húmeda y oscura.

Guardaba el atardecer que presencié ese octubre, cuando los destellos naranjas rozaron mi rostro y al cerrar los ojos supe que fuiste el terremoto que inundó de fuego todas mis venas.

Tú, mi volcán, que arrasaste con todo para luego apagarme y dejar un paisaje totalmente desolado.

11/04/2024

Where The Mind Takes MeWhere stories live. Discover now