;; CAPITULO ÚNICO

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Se despidió de Mash y sus amigos y silenciosamente, antes del toque de queda para que todos los alumnos se queden en sus habitaciones, Abyss salió en rumbo a su solitaria habitación.

Sus zapatos no hacían mucho ruido, los pasillos aún estaban iluminados por las lámparas.

Mientras caminaba por el jardín, a punto de llegar a las habitaciones de la casa Lang, se topó con la luz de la luna, la cual estaba llena.

"Esta muy linda hoy." Pensó el joven.

Por un momento se detuvo, su cabeza se puso en blanco. ¿Se había olvidado de poner su venda para tapar su ojo?

Se tocó la cara, un poco asustado, y se alivió al momento al sentirla ahí. Últimamente, lo hace muy seguido por lo que se acostumbra y al poco rato se olvida que la tiene puesta.

Fue todo gracias a una solución que le dio Abel luego de que su máscara se rompiera en la batalla contra Mash.

—¡Por favor no mire!— Exclamó asustado el oji azul, tapando su ojo izquierdo.

El contrario, por más protestas que Abyss le diese, no alejó su mirada de él.

—¿Por qué debería?—

—Ya dije lo que puede ocasionar, Señor Abel. —

La habitación se quedó en silencio unos segundos. Este fue interrumpido por el sonido del abrir de uno de los cajones en la mesa de noche del de mechas lilas.

De este sacó un rollo de vendas.

—¿Q-Qué está haciendo?— preguntó nervioso el de coleta.

—¿No es obvio? Voy a vendar tu ojo. Así no tendrás más problemas. — Comentó Abel acercándose al contrario.

A este punto, Abyss trataba de evitar contacto visual con Abel, debido a dos cosas:

1.- Por supuesto, si es que se descuidaba, su ojo maldito podría hacer efecto en Abel.

2.- Estaba demasiado nervioso al pensar que tocaría su rostro, y es demasiado evidente, no puede evitar sentir algo por el de cabello grisáceo, después de todo, fue la primera persona que se acercó a él por su ojo maldito. Esto le generó (hasta ahora) una sensación de calidez en su corazón y un revuelo en su estómago.

Abel invitó al contrario a sentarse en su cama, ambos sentados a la orilla de esta. El de ojos rosados tomó gentilmente su cabello y comenzó a vendar el ojo del ojiazul.

Por otro lado, el corazón de Abyss daba mil vuelcos. Estaba tratando de que no le diese un ataque al corazón y morir de taquicardia. ¿Por qué era tan gentil con él? ¿A qué se debe? Él no merece este trato, ¿verdad?

Unos minutos pasaron y el contrario lo invitó a mirarse al espejo. El de larga cabellera se tocó el ojo vendado. La venda era cómoda, no había mucha presión, podía mover su cabeza, y demás.

—Muchas gracias, Señor Abel.— Abyss agradeció mientras abría la puerta de la habitación del ya antes mencionado.

—¿Ya te vas?— Preguntó el ojirosado. —Es muy pronto.—

—Debo ir a dormir, ya debe ser muy tarde.—

Abel pensó muy bien sus palabras.

-La triste y pobre habitación de Abyss Razor : un fanfic de MASHLEWhere stories live. Discover now