𝘝𝘐𝘐𝘐. 𝘔𝘢𝘵í𝘢𝘴 𝘙𝘦𝘤𝘢𝘭𝘵

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Cuando aceptaste la invitación de tus amigos para visitar un nuevo bar de la ciudad, no esperabas que se separaran la mayor parte del tiempo: uno de ellos intentaba salvar la relación por teléfono y el otro estaba besando a una desconocida durante...

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Cuando aceptaste la invitación de tus amigos para visitar un nuevo bar de la ciudad, no esperabas que se separaran la mayor parte del tiempo: uno de ellos intentaba salvar la relación por teléfono y el otro estaba besando a una desconocida durante 20 minutos.

A pesar de haber estado sin compañía la mayor parte del tiempo, la razón que usaron para convencerte seguía siendo muy relevante: tenías que relajarte, distraerte. Tener el gran estrés de ser una profesora, aún tan joven, no es fácil. A pesar de dar una sola clase, conciliar esto con los estudios de tu posgrado requiere mucho de ti. Además, el resto de los profesores son mucho mayores, por lo que de vez en cuando es bueno ver a personas de tu grupo de edad fuera de la sala.

Salió a la zona exterior del bar, dentro de él estaba tan lleno que parecía más una balada, necesitaba estar sola y fumar un cigarrillo. Mientras inhalaba el humo, miraba al cielo que tenía pocas estrellas y pensaba en la semana que viene: tengo que montar las diapositivas para la clase del miércoles, tengo que responder a algunos e-mails, tengo que -

- ¿Tienes un encendedor? - Sus pensamientos se interrumpieron al escuchar la voz masculina, y cuando se volvió, se encontró con un rostro familiar.

–Ajam. - Dijo, mientras levantaba las manos para encender el cigarrillo en la boca del chico.

–¿Qué pasa, profesora? Qué bueno verte por aquí. –Matías dijo y tragó el humo. Es uno de sus alumnos, prestó atención en las clases y sacó buenas notas, a pesar de la cara y la forma de los que no quieren saber nada.

–¿Todo bien, Matías? - Saludó, educada.

Mejor ahora, que estoy fumando con mi maestra favorita. - Él respondió. La verdad era que a Matias no le gustaba mucho estudiar, ya era la segunda vez que cambiaba de curso. El actual tampoco hizo brillar sus ojos, pero tú sí. Era fácil distraerse en las clases de otros profesores, casi ancianos, pero en la suya nunca había sucedido. Además de gustar su didáctica, le pareció muy difícil no prestar atención a la profesora joven y hermosa. Incluso en casa, lo recogía para leer las notas de la clase, no aceptaba ir mal en el examen de la única maestra caliente que ha tenido en su vida.

has sonreído con el comentario, pero no has dicho nada, sólo has llevado el cigarrillo a la boca una vez más.

–¿Estás aquí sola? – Preguntó Matías, llenando el cómodo silencio.

– No, he venido con unos amigos. ¿Y tú?–

–También he venido con algunos amigos. ¿Y tu novio? – Matias era tan discreto como un elefante pintado de rosa, su único objetivo era hacer esta última pregunta.

- Creo que si existiera, estaría aquí hoy. - Respondió, de buen humor. A diferencia de tus compañeros de profesión, no pensabas que eras superior por ser docente, y mucho menos veías la necesidad de tratar mal a tus alumnos, además, Matias era amable y muy guapo, era bueno para los ojos.

one shot's | 𝗖𝗔𝗦𝗧 𝗟𝗦𝗗𝗟𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora