¡Oh, un nuevo viajero ha llegado! Mi querido escritor, sé que has estado mucho tiempo batallando para encontrar inspiración. ¡No te preocupes más! Toma asiento, te traeré un té muy caliente.
Prepárate porque en estas hojas de pergamino encontrarás...
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Los hechizos son el arma más importante de un maestro de la magia. Estos se componen por lo que más adoramos los escritores: palabras poderosas. ¡Así es!
Otro maleficio importante a conocer en estas páginas es el temido: "soybasurare".
Un mal que aqueja a millones de hechiceros y cuyos efectos podemos contemplar en la historia de Oconeo Zambrano:
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Oconeo era un hechiero de primer nivel, realizaba encantamientos en segundos, completaba pergaminos con la habilidad de una nutria en el agua. Sin embargo, un buen día, recibió el maleficio soybasurare de la mano de su antiguo ayudante.
Los efectos tardaron en hacerse ver, pero poco a poco, Oconeo empezaba a dudar mucho de sí. Pensaba "oh, creo que este hechizo me salió mal", o "no, no merezco ser nombrado el mejor mago, en realidad no lo hago tan bien". Tropezaba, dudaba, le daban escalofríos.
Desafortunadamente, Oconeo no tenía este libro en sus manos, así que murió en las garras de una parvada de pelícanos.
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Como puede contemplar el lector, este maleficio puede derrotar hasta al más ágil de los magos. Así que vamos a descubrir los hechizos que lo volverán inmune al mismo.
Hechizo #1
Es bien sabido que un hechicero experto se conoce muy bien. En la academia de magia, los profesores siempre se encargan de ir hacia la introspección, pero en caso de que te hayas saltado las clases por ir a comprar un boing mágico, esto te ayudará bastante.
Para crear tu propio hechizo, requieres leer con mucho cuidado las siguientes oraciones. ¡Cuidado! Son maleficios de primer nivel, pero no te harán daño mientras mantengas la concentración.
La manera de contrarrestarlos, será explicando porque esto no es cierto para ti. Busca la solución más lógica, verás que siempre encontrarás la forma de contradecir los maleficios. ¿Preparado, hechicero?
Te dejo un ejemplo:
Maleficio: Mis historias son terribles.
Tu respuesta (hechizo de defensa): Mis historias tienen defectos y virtudes, como cualquier otra historia. Es imposible que solamente tengan defectos.
¡Aquí van! ¡Muy atento!
Maleficio: Soy un terrible escritor.
Maleficio: Nada de lo que escribo sale bien.
Maleficio: Nunca nadie leerá mis historias.
Maleficio: Todas mis ideas son horrorosas.
Maleficio: No merezco reconocimiento como escritor.
Maleficio: Todos son mejores escritores que yo.
¿Qué sigue? Guarda muy bien las respuestas que tienes. ¡Esos son tus hechizos! Recítalos en voz alta, cuélgalos en tu cabaña de hechicero o ponlos en las notas de tu celular. ¡Lo que sea necesario para que estos maleficios no te sorprendan desarmado!
Hechizo #2
El guerrero astuto ya sabrá por donde vamos con esto. El segundo hechizo es similar al primero, porque eso son los hechizos, repeticiones, palabras poderosas (como se dijo al inicio). Es hora de poner en práctica el autoconocimiento y borrar un poco la nube de confusión que nos generan los maleficios del soybasurare.
Para crear tu segunda lista de hechizos tienes que:
1. Anotar al menos 10 cualidades de ti como escritor.
2. Procura que sean frases cortas y fáciles de memorizar.
3. Escríbelas en tu celular o pégalas en un espejo que uses con frecuencia.
4. Repite tus 10 hechizos todos los días antes de iniciar una sesión de escritura.
¡Listo! Más sencillo, imposible. Y no, no se acepta ninguna cantidad menor a diez. Podrás encontrar en este ejercicio de reflexión muchas cualidades y virtudes que sueles dejar de lado y eso, mi querido hechicero, es la magia más poderosa contra el maleficio soybasurare.
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