Episodio 7: Viejos conocidos.

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Era de noche en un hospital de Ciudad República un oficial de policía, perteneciente al cuerpo de maestros metal, conversaba con uno de los médicos en el piso más alto del edificio, justo al final del pasillo.

-No sabemos cuanto más seguirá en ese estado. -Comentó el médico.

-¿Por qué las correas? -Preguntó el oficial acorazado.

-En cuanto despertó parecía estar en shock, no dejaba de gritar "esta aquí" "él esta aquí" "Me siguió" "estamos condenados". Tuvimos que someterlo entre cuatro personas para anestesiarlo. Y antes que lo pregunte, no tengo idea de a que se referia. -Contestó el sanador.

Antes que el oficial emitiera otra pregunta, un grito de terror resonó por toda el ala. El sanador y el oficial corrieron hasta llegar al cuarto donde habían asegurado al doctor sísmico a una cama.

Este se retorcía de pánico, comenzando a zafarse de sus ataduras hasta que el medico, usando un teléfono en la pared del pasillo solicito apoyo, mientras tanto intentó con ayuda del oficial detener al descontrolado hombre de hacerse daño, pese a su avanzada edad y escualido cuerpo parecía que su trance le despertaba una fuerza sobrenatural.

Para el sanador esto no era nada extraño, su padre fue veterano de la guerra de los 100 años y desarrollo un intenso temor al fuego, el cual le causaba ataques en los que se necesitaban min 5 hombres de su mismo tamaño para someterlo.

Pero en este caso no lograban identificar la fuente de aquel temor.

-¡ESTA AHÍ! ¡HA VENIDO POR MI! -Gritaba el anciano.

-¡¿De que esta hablando?! -Preguntaba oficial empleando toda su fuerza para controlar al hombre.

-¡No lo se! ¡Solo mantengalo en la cama o este hombre se romperá su propia mano!

El médico, este no fue capaz de seguir su propia instrucción, y la mano derecha del doctor sísmico se zafó de su correa, quebrándose el dedo pulgar por el esfuerzo y permitiendo que la mano se deslizara y así atacase a la cara del sanador.

El oficial intervendría lanzando un cable que broto del brazo de su armadura, amarrando la muñeca del brazo libre de sísmico, pegándolo al pecho del anciano y con otro cable proveniente de su otro brazo procedió a rodear el cuerpo del anciano para mantenerlo en la cama el tiempo suficiente para que el personal médico llegase a reforzarlos.

Una vez administrado el sedante, el doctor sísmico comenzó a quedar inconsciente, sin apartar la vista de la ventana, hasta que finalmente sus parpados se cerraron quedando dormido.

Esto ultimo llamó la atención del oficial, quien por un leve instante vio una silueta al otro lado de la ventana, la cual no pudo ver con precisión a causa de la cortina.

Al abrir la ventana y observar al exterior no encontró nada. La idea le pareció ridícula, estaban a siete pisos de altura, se convenció que solo eran delirios de un loco y cerró la ventana, sin percatarse que a varios metros encima de él estaba siendo observado.

-Dejare un par de guardias en este piso, quiero a su gente vigilando las 24 horas, en cuanto este consciente la jefa Beifong querrá interrogarlo personalmente.

-No estoy seguro de cuando suceda eso, el estado de este hombre es preocupante. -Contestó inseguro el sanador.

-Solo mantenganos informados. -Dijo el oficial, retrayendo con cuidado los cables de su armadura antes de salir de la sala.

En el exterior se encontraba Mark, vestido con su traje de invencible y oculto gracias al cielo nublado que bloqueaba la luz de la luna. La presencia de Sísmico en este mundo era algo que lo alteraba, y más la reacción de este al verlo por la ventana.

Avatar/Invincible: MarKorraWhere stories live. Discover now