23: Detrás de una psicótica despiadada, hay una niña abandonada.

708 66 24
                                    

Nota: La imagen de arriba es la más parecida que encontré a como el almacén se ve, por si aún no pueden imaginarse bien como se supone que es.

Y este capítulo está algo larguito ya que hay historia, se viene trasfondo, así que sin más que decir.

Disfrútenlo













____ 𝗔𝘀𝗵𝗳𝗼𝗿𝗱

Mis ojos se abrieron lentamente al oír ruidos de pasos aquí y allá, además de la luz del sol que pegaba con suavidad en mi cara.

Tallo mis ojos por el ardor que siento en ellos al tratar de abrirlos.

Poco después ya tenía los ojos abiertos, con un poco de dificultad porque sentía que me iban a explotar de la hinchazón que tenía.

Me siento en la cama y me estiro soltando un bostezo.

Al ver a mi alrededor puedo divisar a mi hombre caminar de un lado a otro en la cocina.

Sonrío como boba al recordar como pasó la noche abrazándome, sin importarle que le dejara la camisa llena de lágrimas y mocos.

Me levanto y voy hacia la cocina con paso lento, luego me siento en una silla frente a la isla. Él al verme sonríe con dulzura y acaricia mi mejilla.

—Buenos días psicótica, perdón si te desperté.

—Está bien, buenos días a ti también, cariño.

—Ve a lavarte la carita y los dientes, que ya está listo el desayuno especial que preparé para ti.

Me da un cálido beso en la frente, un montón de serpientes se vuelven locas en mi estómago de la emoción que ese pequeño gesto me causa.

Sí, para algunas personas son mariposas, pero las mías se sienten más como serpientes.

Me lavo los dientes y la cara, al verme con detalle en el espejo me doy asco a mí misma.

Mis ojos están rojos e hinchados de tantas lágrimas, mis mejillas también y tengo unas ojeras horribles. Sin hablar de mis labios rotos de tanto que los mordí intentando reprimir las lágrimas por vergüenza.

Al volver a la isla con él, se sentó a mi lado y me puso un tazón de cereal con leche frente a mí.

—Es el mejor desayuno de todos —sonrío divertida.

—El cereal arregla hasta el peor de tus días.

Ambos reímos y comenzamos a comer, realmente cualquier comida me hace feliz siempre que me quite el hambre y esté buena.

Cuando estoy de malas, si me dan comida me convierto en el ser más feliz de la tierra.

—Lo siento por lo de ayer.

—¿Por qué te disculpas?

—Porque tú tenías una rica cena preparada para nosotros y el idiota de mi hermano solo la arruinó. Perdón por su comportamiento infantil.

Five se mantiene en silencio por unos segundos en los que me siento aun más apenada.

Luego agarra mi mano y me obliga a mirarlo tomándome por el mentón.

¿𝗤𝘂𝗶𝗲́𝗻 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝗰𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗼? - 𝗙𝗶𝘃𝗲 𝗛𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora