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En los pasillos de la estación de policía...

—No puedo creer que apenas se pudo mover, salió como si nada de la clínica. ¡Menudo montón de custodios tengo!

—Lo siento.

—Ya cállate Yoon o te reviento un madrazo.

—No es mi culpa. Salió por su propio pie. Sí que es terrible el cuñadito.

Lo miro de reojo que camina a mi lado.

—Ex cuñado. Rose está muerta.

Llegamos al pasillo donde ya me espera Jin afuera de su oficina.

— ¿Qué pasa?—le cuestiono de inmediato—, ¿qué hace aquí? ¿De qué me está acusando ese tonto?

Jin me abre la puerta de su oficina sin responder mis preguntas y me invita a entrar. Atrás me sigue Yoon.

Cuando entro, veo al susodicho sentado en una esquina, viste la bata medica. Me mira cual perro rabioso.

—Tome asiento señor Jeon—me señala la silla frente a su escritorio Jin.

Me siento, Yoon se queda parado por la puerta y Taehyung me mira como psicópata, como si quisiera asesinarme.

—Taehyung, dime de que acusas al señor Jeon—le cuestiona Jin que se ha sentado en una esquina de su escritorio.

—Secuestro e intento de asesinato—responde este con sus ojos en los míos.

—No sé de qué me hablas—me cruzo de piernas y le prestó atención.

— ¡Usted me secuestro e intento ahogarme en la tina del baño en su casa!

— ¿Tienes testigos de eso?

—No pero...

—Si no hay testigos, no puedes venir aquí con Jin y acusarme de lo que se te dé la gana.

— ¿Cómo puede ser tan fresco?

—Bueno, no tengo calor. ¿Tu si Yoon?—miro a este.

—Para nada, hace fresco en el ambiente—me responde.

— ¡Par de lunáticos!—se levanta de un brinco del sillón—, ¡ustedes me secuestraron!

—No sabemos de qué hablas—lo sigo negando.

—Usted—me señala con la locura en sus ojos—, intento ahogarme en la tina. ¡¿Cómo puede negarlo?! ¡Maldito bastardo!

—Es que no se dé qué me hablas.

— ¿Lo niega?

— ¿Qué cosa?

Niega con la cabeza, resignado creo de que le saco la vuelta a sus acusaciones. Está muy mal si cree que voy aceptar lo que dice que le he hecho.

—Pagara por lo que hace un día de estos. Lo juro maldito loco.

Y sale hecho una furia de la oficina tropezando a Yoon que esta por la puerta.

—Estos jóvenes de hoy en día se drogan y alucinan cosas. ¿No crees Jin?

Este me mira y me dice:

—Señor Jeon, usted y yo sabemos que si lo secuestro.

—No se dé que me hablas.

Ríe y niega con la cabeza.

—Déjele en paz, aléjese de él. Ese chico ya paso por mucho.

Me levanto de mi silla y le digo:

—Pero si ni le topo Jin.

Y salgo de la oficina con Yoon detrás de mí.

LOS DELICADOS HILOS QUE SOSTIENEN MI OBSESIONWhere stories live. Discover now