UNA MISIÓN EN PARÍS

CAPÍTULO 1 En el corazón de la Resistencia

Sophie guardó su equipaje de mano en el compartimiento y luego se sentó en el estrecho fuselaje del avión. Su corazón latía con fuerza. Siempre había soñado con volver a París, pero no en estas circunstancias. Era 1941 y el mundo estaba en guerra.

Sophie volaba a París para unirse a la Resistencia, un grupo de hombres y mujeres valientes que arriesgaron sus vidas para luchar contra la ocupación nazi de Francia. La había reclutado un profesor de historia de la Universidad de Harvard, un septuagenario francés, a quien admiraba mucho por sus principios y valores.

Cuando el avión aterrizó, Sophie sintió una gran emoción, pero también mucho miedo. No había estado en Europa desde que tenía seis años y ahora estaba a punto de embarcarse en una peligrosa misión con la Resistencia.

Recordó su entrenamiento, los meses que había pasado aprendiendo cómo entregar mensajes codificados y cómo mezclarse con los lugareños sin ser reconocida por las huestes enemigas.

Después de pasar por el proceso de revisión de documentos y equipaje, Sophie sintió una sensación de alivio cuando reconoció a su contacto, un hombre de complexión atlética y de aspecto hosco de unos cuarenta años.

―Bienvenida a París ―dijo, extendiendo su mano―. Soy Pierre Dubois.

Sophie le estrechó la mano con una sonrisa. ―Gracias por recibirme ―respondió―. Soy Sophie, Sophie Lavigne, mucho gusto.

Después de guiarla hasta un Bugatti, Pierre condujo por las principales calles de París. Sophie estaba absorta viendo la hermosa arquitectura que aún recordaba de la última vez que la vio.

Pero ahora, la ciudad había cambiado, ocupada por hombres uniformados que hablaban un idioma que apenas entendía. Finalmente llegaron a un edificio de apartamentos. Pierre la guio por una estrecha escalera hasta el último piso de un apartamento escasamente amueblado.

―Esta será tu casa ―dijo, mientras le mostraba el apartamento―. Hemos arreglado un trabajo para ti en una panadería cercana. Entregarás mensajes a nuestros contactos ubicados estratégicamente en la ciudad.

Sophie asintió, asimilando todo al instante. Sintió una mezcla de emociones, sabiendo que su trabajo aquí podría hacer la diferencia para la consecución del objetivo. Pierre le entregó un minúsculo sobre.

―Esta es tu primera tarea ―dijo, con expresión seria―. Entrégalo a la dirección en el frente del sobre. Y ten cuidado.

Sophie tomó el sobre con cierto nerviosismo. Sabía lo que estaba en juego, lo que podría pasar si se descubría el sobre. Pero también sabía que para eso había venido a París, para cumplir una misión en la Resistencia.

Tras salir del apartamento con el sobre en su bolsillo, caminó por las calles de París buscando la dirección. Su corazón latía intensamente, sabía que el destino de los miembros de la Resistencia estaba en sus manos.

Cuando llegó a la dirección que figuraba en el sobre, sintió un ligero vahído. No sabía con quien se encontraría. Respiró hondo y llamó a la puerta.