Séptima cita. Nuestra familia

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—¡Papá!— grito Shotaro corriendo a los brazos del moreno, este lo levanto del suelo para besarle las mejillas.
Chenle tampoco pudo resistirse, así que corrió en dirección al peli cobre quien lo recibió gustoso entre sus brazos.

Huang se acercó a ellos con la canasta del picnic, rápidamente Jeno la sostuvo para que su esposo no sufriera con el peso de está y el de la pañalera, pósteriormente ambos se saludaron con un beso en la mejilla y se propusieron buscar un lugar para establecerse, al encontrarlo, Huang se encargo de sentar al bebé y acomodar las cosas para el almuerzo, al terminó, miro a Jeno quien se encontraba fotografiando a Chenle jugando con uno de los cachorros.

—¿Recuerdas cuando Lele llegó a nuestras vidas?—interrogó Renjun suspirando de alegría.

Lee imitó está acción—Fue perfecto.









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Una noche, seis años atrás, Lee Jeno abrió la puerta del pequeño apartamento que compartía con su recién esposo, antes de entrar se quitó los zapatos.

—¡Cariño ya llegué, traje las alitas picantes que tanto te gustan!—grito el ese entonces peli negro mientras se quitaba la corbata.

Renjun salió de la cocina con una sonrisa juguetona. —Creo que si una persona espera un bebé no debería comer alitas picantes—comento juguetón mientras tomaba la bolsa con los alimentos dentro.

—Yo también lo creo, esas personas deben cuidarse mucho—soltó el moreno sin tener alguna sospecha. Ren deseó reírse ante la torpeza y poca habilidad de captación de Jeno.

—O sea que si esperamos un bebé sano no debería probarlas—completo el menor.

—Tienes razón, si lo esperáramos no podrías comerlas—. Jeno se limito a tomar una alita de forma totalmente despistada. Renjun comenzó a reírse mientras Jeno analizaba con fórmulas matemáticas la frase antes dicha por su esposo.

—E-espera ¿Acaso tu?—El peli cobre entro en shock por varios segundos, este provoco que la alita se le resbalara entre los dedos y permaneciera con la boca abierta hasta recuperar la noción.

Al asimilar la noticia, expresó en su rostro una sonrisa jubilosa, tampoco logro contener la felicidad, así que cargo a Renjun tomándolo de las piernas y enredándolas alrededor de su cadera, luego comenzó a dar brinquitos emocionado.

—¡VAMOS A SER PAPÁS!—Grito Lee eufórico, a la vez Huang lo abrazaba riéndose.

—¡Te amo, te amo, te amo!— agrego mientras besaba las mejillas de su esposo quien se reía entusiasmado.

—Yo también te amo Jeno— sonrió Renjun abrazando al corpulento.

Renjun y Jeno dejaron de lado el pasado para vivir el presente, donde los niños les pedían jugarán congelados con ellos.

La pareja se levantó para ceder a los deseos de sus hijos, y mientras ambos corrían para que Taro no los tocará regresaron a los recuerdos de cuando el pequeño Shotaro iluminó aun más sus vidas.

och︩︪o ɔitas.     - noren / rensung Where stories live. Discover now