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— Vamos a solucionar esta noche las cosas y nos vamos a despedir como debe ser, Clari.

La cocinera se sentó en una de las mesas y Enzo se sentó enfrente. Se miraron, desafiándose, durante unos segundos, hasta que ella finalmente habló.

— No sé de qué querés hablar, está todo dicho.

— Una noche, estabas a los abrazos con Cesare y decidiste irte conmigo, ¿por qué? —preguntó Enzo, empezando finalmente la conversación.

Clara se acomodó en su asiento, inquieta, pero estaba dispuesta a hablar.

— Porque me gustas.

— ¿Entonces por qué me dijiste que estabas en algo con él y, a la vez, viéndote conmigo? —siguió el jugador.

— Porque me gustas —volvió a repetir Clara, cruzándose de brazos.

— Cuando te conté lo de la ansiedad, me dijiste que hable con vos cuando quisiera; sin embargo, nunca me hablaste, ¿por qué?

— Porque no sabía qué decirte —contestó Clara.

La cocinera estaba inquieta, una de sus piernas temblando, y su mirada fija en Enzo. El jugador llevaba el pelo con gel, olía a su típico perfume y llevaba el reloj en la muñeca que Clara tanto amaba. Estaba hermoso y ella era débil ante eso. No toleraba verlo.

— Cesare te dejo esa noche en el club, ¿no? —preguntó Enzo, con las manos encima de la mesa.

— Nunca estuvimos juntos, solo nos veíamos.

— Entonces, ¿por qué me dijiste que estabas con él? —insistió el jugador.

— Porque seguramente así me dejarías tranquila.

— Podrías haberme dicho que no te interesaba; sin embargo, jugaste conmigo, me usaste —dijo Enzo, serio.

Clara sacudió la cabeza, sintiéndose mal de repente.

— Perdón si pensaste eso, yo... estaba enamorándome y no supe manejarlo.

— Me tratabas como si fuera tu novio, me iba sintiéndome tan mal y no te importo —Enzo estaba realmente dolido.

— No te use, yo... no sé manejar esta situación —Clara parecía que iba a llorar— No puedo enamorarme de vos.

— Pero ya es tarde —siguió Enzo— Estás enamorada de mí, y yo de vos, ¿qué vas a hacer?

— Nada, no voy a hacer nada.

Enzo no podía creerlo, Clara era una cínica.

— ¿Qué hago yo, entonces? Porque yo no puedo simplemente alejarme de vos, no dejo de pensarte, fuiste al partido y no me buscaste —Enzo hablaba rápido, sin pausas— ¿No pensaste ni un segundo en que me hubiera gustado una palabra de aliento después de perder una final tan importante?

— Enzo...

— ¿No pensaste que quizás, después de todo, te consideraba mi amiga y me hacías sentir bien? —la interrumpió Enzo.

— Perdón, yo...

— No, Clara, las cosas no funcionan así —la cortó el jugador.

Las palabras de él eran un cuchillo afilado, cortando el corazón de Clara en mil pedazos. No toleraba esto, quería salir corriendo.

— Enzo, no entiendo a qué vamos con todo esto, ¿qué querés que haga? —casi que rogó la cocinera.

— Que te hagas cargo de lo que pasa, como yo lo estoy haciendo.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Where stories live. Discover now