¿Reencuentro? |Capítulo IX

185 20 0
                                    

Caleb

El día anterior se había basado en aguantar a las miniaturas pelear contra mi, intente ignorarlos, pero sobrepasaron la línea cuando intentaron romper unos documentos para llamar mi atención.

Por supuesto le deje claro a Caeli que sus favores se los ahorrará por que no pensaba cuidarlos otra vez, no era lo mio y tampoco era mi obligación, que los cuidara ella y sus padres que yo tiempo para eso no tenia.

Eso me repetí constantemente, y ahora nuevamente los tengo encima de mi, creí que los niños de ahora olvidaban las guerras en horas pero la pelirroja parece ser que no, me mira con odio y yo a ella para que negarlo.

No los estoy cuidando pero, por algunas razones tuve que trabajar en casa para mi mala suerte.

Me tiene estresado el echo de no tener la agenda con los Nicoll's Dave insistió en que un carta sería suficiente pero me veré obligado a hacerlo yo mismo, hoy.

—Hijo, siéntate a desayunar.
—Estoy ocupado.

Muero de hambre más no quiero compartir mesa con las miniaturas, no estoy de humor para una guerra con esos inmaduros.

—No dejes a tu madre comer sola.—insiste.

Me levanto sin protestar, el humor no me deja y no estoy para ver más sentimientos negativos hoy.

La ansiedad me ha tenido a golpe también hoy, estoy ansioso sin saber el por qué, necesito un buen trago para sacar los pensamientos que me invaden, solo un día me tomaré para volver a seguir con mi vida, necesito tener listo todo el material para dentro de poco tiempo y el reloj parece ir cada vez más rápido.

Mi madre ha preparado comida saludable como todos los días pero a las miniaturas les ha echo hotcakes de figuras que desconozco y de colores extraños.

Ni a mi me los hace

—¿Qué comes?— me pregunta el pelirrojo que ahora se que se llama Mael, viste una playera blanca con un short azul marino.

Hasta ahora pude prestarle atención a su cabello, su cabello no es tan pelirrojo como el mio o el de Caeli, es entre café y pelirrojo, sus ojos son color miel, los labios se parecen a... Y ahora me ve con una gran sonrisa esperando la respuesta.

—Fruta y claras con tostadas de arroz.—contestó.

Creo que nunca le había contestado tan amablemente a alguien.

Asiente y continúa comiendo sin dejar de mirarme, por alguna razón yo tampoco puedo dejar de mirarlo, me llama la atención la inocencia que transmite en comparación de su hermana, que se que se llama Camila.

Muy raro que me haya grabado sus nombres tan rápido.

—Mi mamá ha dicho que te demos las gracias por regalarnos los legos.— se muestra serio al decirlo, y solo se dedica a picar el almuerzo en busca de otra respuesta.

Misma que no le daré, me siento inútil de hacerlo. Se los di por que me estorbaba y ya esta.

—Perdón por la demora Abad.—entra sin permiso Dave quien esta ocasión he de admitir que viene muy bien vestido, un traje azul marino y unos zapatos que le favorecen bastante.

Lo ignoró.

Sigo comiendo y el se sienta como si nada, sin prestar atención, toma un hotcake sin mirar y hace un sonido de dolor que me obliga a voltear.

—¡Mierda!— se agarra la mano.—¿Quién eres tú?— la mira asombrado después del manotazo que Camila le dio.

—Es mi comida.—espeta y vuelve a manotearlo.—Soy Camila y me gusta que respeten mis cosas.

Dos desconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora