capitulo 9; un ramo de flores

389 26 25
                                    

Franco se bajó de su coche intentando no dejar caer ninguna de las cosas que llevaba con una sola mano mientras cerraba la puerta de su jeep con la otra.

Eva apareció casi de inmediato para recibirlo, preguntandole sobre cada uno de los asuntos que Franco había atendido ese dia, tanto como para saber como le había ido, como para hacer una pequeña revisión y asegurarse de que a su jefe no se le había olvidado nada

Franco no sabia si eran los años de experiencia o un simple don, pero Eva tenia una capacidad para recordar a la perfección los compromisos de él y sus hermanos.

—Me alegro mucho de que todo saliera bien hoy, Franco—Comentó tomando en sus manos el maletín y algunos folders que Franco llevaba bajo el brazo—

—¿Oscar ya llegó? Necesito discutir algunas cosas con él.

—Se retrasó un poco en su reunión con uno de los proveedores, pero no demora en llegar. Juan está hablando con el señor Jimenez sobre una oferta que le hizo por un caballo–Comentó comenzando a caminar hacia la casa—Y la señorita Sara está acabando el entrenamiento con los muchachos —Le informó dándose la vuelta y mirando el único objeto que Franco seguia sosteniendo en sus manos; un enorme ramo de flores que milagrosamente había conseguido mantener intacto—

Franco le sonrió en agradecimiento y se dirigió hacia las caballerizas, esperando encontrar a Sara y los peones no demasiado lejos. No tuvo que caminar mucho, pues el grupo caminaba junto a los caballos en dirección a las caballerizas. Franco aprovechó que Sara venia distraída charlando con uno de los peones para esconder el ramo detrás de su espalda. Algunos de los trabajadores se fueron alejando del grupo para guardar los caballos en sus respectivos lugares de descanso, pero la mayoría llegó junto a Sara hasta donde estaba él, esparciendose en pequeños grupos para realizar las ultimas tareas antes de acabar la jornada de trabajo.

—Creí que no te veria hoy —Sonrió Sara acercándose a él—

—Me retrasé un poco, estaba reunido con el nuevo proveedor de cortes vacunos de supermercados Trueba.

Sara entreabrió un poco los labios. Recordaba a la perfección la reunión que ella y Franco habían tenido con el dueño de la empresa furor hacia tan solo unos días.

—Dijo que quedó encantado con los argumentos que diste y le fue imposible negarse.

Franco le había comentado que Eduvina había tenido problemas con más de una empresa proveedora de los supermercados en años anteriores, provocando que estos cortaran todo acuerdo comercial. Poco a poco Franco y Oscar se habían encargado de recuperarlos, pero había uno en especifico que se negaba rotundamente a volver a confiar en supermercados Trueba.

Claro, hasta que Sara no le dejó más opción que aceptar al presentarle una extensa lista de argumentos sobre como incluso en el hipotético caso de que llegase a existir un problema como los que había tenido con Eduvina respecto a los pagos, no representaria perdidas para su empresa.

—¡Franco, eso es excelente!

Sara no pudo evitar abrazarlo. Franco había estado nervioso toda la semana porque suponía aquella era la ultima oportunidad que tendría de recuperar aquel proveedor que Eduvina y sus empleados habían dejado escapar. Los dueños de las franquicias no dejaban de presentarle quejas sobre como ya no les era posible competir en precios con los altos costos del proveedor que tenían, y Franco temía tener que enfrentarse a ellos si no conseguía aquel contrato.

Sara se extrañó al sentir a Franco corresponder el abrazo con unicamente uno de sus brazos, separandose levemente de él miró detrás de la espalda de este a la vez que Franco le enseñaba el enorme ramo de flores que no entendía como no había visto antes.

La Entrenadora (Sarita y Franco - Pasión de Gavilanes)Where stories live. Discover now